JOSH MEDICCI
Habíamos recién llegado de compras, una verdadera tortura si me preguntan, entonces Damián apareció en el pasillo mientras terminaba de limpiar mi arma en la mesa del comedor.
Su expresión lo dijo todo.
—Lucien quiere verte —dijo, cruzándose de brazos.
—¿Para qué? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.
—No soy adivino, pero… supongo que tiene que ver con lo que pasó en el interrogatorio. Te vi apretar los dientes cuando el infiltrado mencionó a Michelle. Y Lucien también lo notó. Le preguntaste por él de una manera que da a entender que sabes más de lo que dices.
No dije nada.
Guardé el arma en su funda y me levanté. Damián me miraba con esa media sonrisa socarrona, como si disfrutara del hecho de que algo por fin me incomodara.
—¿Sabes? —continuó—, es raro verte así. Tú nunca dejas que nada te saque de control. ¿Qué historia te traes con ese tipo?
—No es tu problema, Damián —corté.
—Lo será si Lucien te hace hablar.
No respondí. Solo me dirigí hacia el despacho.
Mientr