Michelle no hizo nada, y Josh me salvó.
MARIE MORETTI
El jardín estaba tranquilo. Solo se escuchaba el rasgar del lápiz sobre el papel y el suave silbido del viento acariciando los rosales. Estaba sentada en uno de los bancos de piedra, con el cuaderno de bocetos apoyado sobre mis rodillas, trazando líneas de una nueva idea. Había algo dulce en diseñar al aire libre. El sol entre las hojas, las flores en su punto justo… y pero había un pequeño vacío dentro de mí.
Ya no era la misma de hace unas semanas.
La Marie ingenua, romántica. La que creía en cuentos de hadas y jardineros que traían rosas.
Esa, ya no vivía aquí. Aunque pensé que me dolería más, fue solo una molestia, que terminó cuando lo vi ser Trending Topic en la web haciendo le ridículo.
—¿Puedo sentarme contigo?
Me congelé. Esa voz.
Michelle.
No lo miré. Seguí dibujando y levanté la vista al frente.
—Preferiría que no —respondí, sin rodeos.
—Solo quiero hablar… —insistió, acercándose con algo en la mano.
Lo vi.
Una rosa bicolor: blanca con el centro rojo.
Una de l