"Todos sabemos que el sexto sentido de Bastien, jamás, pero jamás falla"
Por un momento, Kate se separó del grupo para buscar su celular en una de las mesas.Y ahí, como si fuera pura casualidad, John se acercó.—¿Está todo a tu gusto, Kate? —preguntó en voz baja, como quien busca asegurarse de que el anfitrión esté feliz.Ella alzó la vista, ligeramente sorprendida, pero sonrió educadamente.—Todo perfecto, gracias. Armando hizo un trabajo increíble.John asintió, admirativo.—Se nota que tienes un círculo muy sólido —comentó, su voz cargada de una genuina admiración—. Amigos que parecen familia... no todos tienen esa suerte.Kate bajó la mirada un segundo, pensando en todo lo que había pasado para llegar allí: el dolor, la pérdida, el amor que había resistido todas las tormentas.—Sí... —susurró con sinceridad—. Son mi hogar.John sonrió, pero en su mirada había un destello de algo que no logró disimular del todo. Un interés que iba más allá de una simple conversación cortés.Antes de que pudiera decir algo más, Bastien apareció nuevamente, como una somb
La puerta del departamento se cerró con un clic suave detrás de él.John Asher aflojó lentamente la corbata de su traje, caminando hacia la penumbra del lujoso salón de su departamento.Cada movimiento era preciso, medido, casi ritual.Dejó caer la corbata sobre una silla, desabotonó los primeros botones de su camisa y se sirvió un whisky en un vaso bajo, como si se deshiciera de la máscara que había llevado todo el día.Desde las sombras, una figura emergió.Era un hombre joven, vestido de negro, rostro inexpresivo, casi camuflado en la oscuridad.Se inclinó ligeramente, con respeto.—¿Cómo le fue, jefe?John sonrió, pero no era la sonrisa cálida que había mostrado durante la recepción.Era una curva fría, cargada de estrategia.—Mejor de lo que esperaba —respondió, llevando el vaso a sus labios—.Albert abrió la puerta... y Kate fue todo lo que prometían.El asistente, aún inclinado, esperó en silencio.—El entorno de Bastien es leal —continuó John, pensativo—. Demasiado leal. No po
El sol de media mañana se colaba por los enormes ventanales de la oficina donde trabajaba Kate.Los teclados resonaban suavemente, las voces eran bajas, profesionales.Todo parecía normal.Kate, sentada en su escritorio, sonreía mientras revisaba unos diseños.Su embarazo no le impedía seguir con su pasión, aunque Bastien había impuesto una sola condición:Joel, su guardaespaldas personal y de confianza, estaría pegado a ella como una sombra.Joel, de traje impecable y mirada de halcón, vigilaba el entorno desde un rincón discreto, sin interferir, pero sin perder detalle.Kate soltó un suspiro relajado justo cuando su celular vibró sobre el escritorio.Mensaje de Albert:"¿Te animas a una pausa? Café en la esquina, como en los viejos tiempos. ¡Te extraño!"Kate sonrió.Albert siempre había sido un respiro de normalidad en su vida caótica.Miró a Joel, quien inmediatamente se acercó.—¿Todo bien, señora? —preguntó en tono bajo.—Albert me invitó a tomar un café. Nada formal, solo un ra
Horas más tarde, la mansión estaba en silencio.Kate dormía en su habitación, Bastien estaba acostado a su lado, acariciando su cabello mientras la miraba dulcemente, su corazón estaba en un caos constante, se la habían arrebatado al ir a una fiesta y la perdió 6 meses que fueron un infierno para él, se la habían arrebatado solo por ir a un hotel juntos, la habían puesto en peligro, le sacaron tanta sangre que si no hubiera llegado a tiempo la hubiera perdido, no podía confiarse, debía protegerla, aun a costa suya, besó su frente.— Perdón Kitty — Se levantó y fue a su despacho.Bastien no podía, ni quería, dormir en su despacho, solo, la chaqueta del traje colgada en una silla, las mangas de su camisa remangadas, su reloj sobre el escritorio.Frente a él, su laptop llena de pantallas de seguridad mostraba las imágenes del perímetro: cámaras, accesos, zonas ciegas, todo controlado al milímetro.La puerta se abrió suavemente.Lucca entró, seguido de Joel.—¿Todo tranquilo? —preguntó B
Kate estaba en su oficina, hojeando emocionada el dossier del "Concurso de Nuevos Talentos en Moda".Había sido invitada como jurado especial y el evento prometía ser una oportunidad única para jóvenes diseñadores.Ella amaba ese tipo de iniciativas.Además, Albert y Armando estaban colaborando con la organización, lo que le daba aún más tranquilidad.No sabía —aún— que detrás de esa fachada impecable, las sombras se movían.Bastien, mientras tanto, estaba en su despacho, revisando los nombres de los patrocinadores con una expresión que podía congelar la sangre.Cuando vio el nombre de la empresa fachada de John Asher como patrocinador oficial, su mandíbula se endureció.Joel estaba de pie frente a él, rígido.—¿Movemos a Kate del evento? —preguntó, listo para cualquier orden.Bastien negó, sus ojos ámbar oscuros como una tormenta.—No. —Su voz fue un gruñido contenido—. Eso levantaría sospechas.Vamos a jugar su juego... pero bajo nuestras reglas.Se levantó de su silla, tomó su celu
La música suave marcaba el inicio del desfile.Modelos jóvenes caminaban por la pasarela, luciendo diseños frescos, creativos, llenos de pasión.Los focos se movían, las cámaras parpadeaban, los asistentes susurraban comentarios.Todo parecía fluir perfectamente.Pero en la mesa de jurado, la verdadera guerra silenciosa se libraba.Kate, sentada en el centro, hojeaba su libreta de anotaciones con genuino interés.A su derecha estaba John Asher, siempre sonriente, impecable, su postura relajada.A su izquierda, Bastien, perfectamente compuesto, pero con una energía densa, una presencia aplastante que hacía que el aire pareciera más pesado.John sonrió cortésmente cuando una modelo pasó.Tomó su libreta, escribió un par de palabras, luego —con una elegancia medida— se inclinó apenas hacia Kate.—Una presentación brillante, ¿no crees? —susurró con tono casual.Antes de que Kate pudiera responder, Bastien giró ligeramente la cabeza.—Opinaremos al final, ¿no es cierto? —dijo, su voz baja,
Después de varias horas, los aplausos finales inundaron el salón.Los ganadores fueron anunciados, fotos tomadas, entrevistas rápidas organizadas.Mientras Kate charlaba animadamente con Ara, Cristy y Ally, Bastien no se apartaba más de un metro de ella.John, viendo que la noche se le escapaba de las manos, apretó el vaso de whisky en su mano. No podía perder esta oportunidad. Debía hacer algo.Se acercó al grupo de jurados y organizadores, sonriendo como el perfecto caballero.—Queridos colegas —dijo, alzando su copa—. Ha sido una noche magnífica. Me encantaría invitar a todos los jurados a una cena privada para celebrar nuestro éxito.Albert, que había llegado al cierre, sonrió emocionado.—¡Suena excelente!Kate, instintivamente, miró a Bastien.No necesitaba palabras. Bastien apretó su mano suavemente en respuesta.John, viéndolo, sonrió aún más.—Por supuesto —añadió John—, Kate, siendo la presidenta del jurado espero que nos acompañes —Y miró directamente a Bastien.Bastien sos
Bastien y Kate regresaron de la zona de baños, tomados de la mano. Kate, más tranquila, apoyó la cabeza brevemente en el brazo de su esposo antes de sentarse de nuevo.Albert ya estaba de vuelta en la mesa, sonriendo, charlando como si nada hubiera pasado. Pero detrás de sus bromas habituales, su mirada era diferente: aguda, protectora.John los observó sentarse. Hubo un microsegundo en que su mirada se tensó, percibiendo que algo había cambiado. Pero no pudo identificar exactamente qué.La conversación siguió. Más forzada, más medida.John intentó retomar el control, lanzando un comentario casual:—Kate, deberíamos hablar pronto de ese proyecto de moda sostenible. Podríamos hacer grandes cosas juntos.Antes de que Kate pudiera responder, Albert intervino, sonriendo ampliamente:—¿Sabes, John? Bastien tiene una red de contactos increíble en Europa para ese tipo de proyectos. Incluso, sabías que su cuñada es la famosa Moira Ricci, la diseñadora mundialmente conocida. Deberías habl