3. Meses después

CRISTOPHER 

—Bienvenido señor, ya tengo los reportes que pidió… ¿Le ofrezco el jugo de siempre?. 

—Un café sin azúcar. 

—Pero usted no toma café— escucho y miro a mi secretaria que no se quién le pidió su opinión— de inmediato— se detiene— ya veo que lo que dicen es verdad, has cambiado demasiado. 

Diana más que una empleada, ha sido la secretaria hasta de mi abuelo, admito que le tengo respeto y consideración pero tampoco digo más, desde que Olivia nada ha sido igual y no me interesa que lo entiendan, con que lo obedezcan es suficiente.

Han pasado cinco malditos meses desde que la mujer que juraba amarme desapareció como si yo fuera nada y desde entonces, todo lo que era luz se volvió sombra, incluso en la imprenta, donde solía bromear con los empleados, ahora solo hay silencio y tensión pero nadie entenderá cuánto me ha costado salir de ese hoyo de la decepción.

—¿Les queda claro? —grito desde mi oficina sin mirar a nadie— estoy harto de sus murmuraciones, he cambiado ¿Y?— estrechó las manos— se  acabó el jefe simpático, si yo puedo olvidar el pasado, ustedes también.

Todos bajan la cabeza o fingen mirar sus pantallas, se que murmuran a mis espaldas, que ya no soy el mismo, que algo en mí se rompió y no se puede reparar y no me importa, mejor así.

Diana me mira con reproche pero no me dice nada, soy realista y con ella me siento avergonzado pero no me disculpo, escucho que anuncia a mi hermano que la saluda con cariño y el otro ingresa solo para quedarse apoyado en el marco de la puerta como si esperara una invitación que no pienso darle, estoy cansado de ver qué tiene la cara marcada por la culpa, como siempre desde aquella noche.

—¿Estás ocupado?. 

—No fue tu culpa —le suelto antes de que diga algo— ya te lo he dicho mil veces así que deja de mirarme como si estuviera desahuciado. ¿Qué deseas?. 

Se queda mudo y asiente levemente hasta sentarse frente a mi, dice que los muchachos van a celebrar que uno de nuestros amigos será papá y me siento peor, yo quería una familia, hasta el sol de hoy no tengo idea de quién carajos tomo esas fotos pero a estas alturas no me importa, digo que no y no insiste, no estoy para sermones ni consuelos estériles.

—Me alegra que hayas regresado a casa— le creo— ¿viste que tu habitación sigue igual?. 

—Si, me fui unos meses, no me morí Pierre. 

Y como si el universo conspira para empeorar mi día, entra mi madre que no necesita anunciarse, su perfume lo hace por ella, junto con ese andar arrogante que lleva como armadura desde que tengo memoria, siempre impecable, perfecta y muy frívola para mí gusto pero ahora comprendo que eso es lo mejor. 

—Cristopher— me habla con su tono entre mandato y dulzura forzada— mi vida— besa a Pierre que le hace malas caras— mis amores, esta noche los quiero hermosos en casa, Sherlyn estará en la cena y quiero que luzcan impecables.

—¿Sherlyn?— mi hermano y yo nos miramos— ¿La hija de los Duval de tu club de té?— me empieza a doler la cabeza— ¿La que jugaba a casarse con Christopher y lloraba cuando él se iba detrás de Ximena?. 

—Olvídalo, no me hagas perder el tiempo. 

—No seas grosero —me regaña— Sherlyn es una mujer hermosa, de buena familia, y siempre ha estado encantada por ti, y tu— le habla a mi hermano— ni entiendo porque tienes que nombrar a gente indeseable. 

—¡Basta!, no quiero que me arreglen la vida, no necesito a nadie— el café me sabe peor que amargo— no voy a llenar el vacío que dejó Olivia con una desconocida que sonríe lindo para ti mamá… ¡Déjame en paz!. 

—No me hables así, Cristopher, todo lo que hago es por tu bien— empieza a llorar con sus dramas— Olivia te humilló, se burló de ti frente a toda la sociedad y para variar— baja la voz, como si le costara admitirlo— ella y su padre desaparecieron con dinero de la empresa. 

—¡Mamá déjalo en paz! 

—No se trata del dinero —continúa— se trata de lo que te quitó a ti, la paz, la estabilidad y el futuro, me da miedo que por su culpa esa amargura te consuma… Hijo por favor. 

Antes de que pueda responderle escuchamos a Hugo que dice los gritos de escuchan hasta afuera, abraza a su esposa y pregunta qué sucede con genuina preocupación. 

Mi padrastro, el único hombre que estuvo realmente ahí cuando yo era niño, desde que mis padres se divorciaron y Vincent se largó a seguir con su imperio y sus amantes, no es mi papá pero se ganó mi respeto desde hace mucho. 

—Los gritos se escuchan hasta la sala de juntas —dice con voz grave— Mary, déjalo respirar.

—Solo quiero que entienda que debe seguir adelante.

—Lo hará —dice mirándome— pero a su ritmo— le agradezco la comprensión—  aunque para reconstruir lo que los Nox robaron, vamos a necesitar ayuda, mucha ayuda.

—Aún no puedo entender porque, todos creíamos que sus finanzas estaban bien, su padre se ofreció a pagar la boda por ser tradición, mentiras y más mentiras— mis puños duelen— necesitamos mucho dinero y no se lo pienso pedir a mi papá. 

—¿De dónde vamos a sacar los millones para la producción?.

—Señor Meier, señor Clement, tengo buenas noticias— Diana ingresa a la oficina sin invitación y aunque mamá la mira mal no me importa cuando veo los documentos que tiene en mano— la oferta fue aceptada, tenemos un socio interesado en invertir, pero... solo enviará a su representante, una mujer. 

—¿Y quién es ese socio?

—Valerio Morris. 

—¡Ese enigma!. 

—No podemos tratar con un desconocido. 

—No lo veamos como una amenaza, hijo no nos queda más que arriesgar, ese hombre es como una sombra pero se sabe de él, poco pero se sabe—añade Hugo— necesitamos mucho dinero y esto es lo suficientemente bueno como para considerar que vale el riesgo. 

—No me gusta— hablo con la verdad— no me pidas confiar a ciegas en alguien que ni siquiera da la cara.

Soy directo, sin embargo mamá parece resplandecer ante la noticia.

—Tienes razón y por eso será mejor recibirla en casa— chilla entusiasmada— si la representante es la imagen del socio, quiero conocerla esta misma noche, nada de dejar decisiones importantes en oficinas llenas de hombres desconfiados.

—¿Ya estás organizando otra cena?. 

—Por supuesto, es una inversión importante y si esa mujer viene en representación de alguien tan poderoso, quiero mirarla a los ojos— mamá jala a mi hermano que pide auxilio y me es imposible no sonreír— Pierre hay que asegurarnos de que reciba una invitación formal, los espero esta noche en la mansión.

Pierre asiente en medio de sus bromas, Hugo dice que será un gran negocio, mamá se va y todos parecen avanzar como si nada, mientras yo sigo estancado en el mismo punto donde Olivia me dejó.

—¿Dinero caído del cielo, un socio y una mujer que no se dice el nombre?. 

Me levanto del escritorio sin mirar nada más que no hay una sola botella de alcohol aquí. 

—Si quieren hacer negocios, lo haremos Pero que ni esperen que les sonría.

Salgo de la oficina rumbo a mi sala de juntas, siento ese agujero en el pecho que no se cierra, nadie entiende lo que es ser reemplazado antes de que te digan por qué te dejaron, nadie pero eso también tiene que quedar atrás. 

Esta noche ingresa otra pieza en este  juego de poder, haber escuchado el nombre de Ximena después de tanto tiempo ha sido raro, pero no le doy más vueltas al asunto, me enfoco en lo mío y por primera vez en meses, una parte de mí quiere ver de qué se trata con emoción por el nuevo reto que llega a mi vida. 

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