POV :Liam Azacel
El día apenas despertaba cuando Severiano apareció frente a mí. Su respiración estaba agitada, pero no por cansancio: por urgencia. Lo conocía demasiado bien; ese brillo tenso en sus ojos solo significaba una cosa.
Encontró algo.
—Liam —dijo sin rodeos—. Ya tenemos una pista.
Me enderecé por completo. El cansancio se desvaneció como si nunca hubiera existido.
—Habla.
Severiano tragó saliva antes de continuar.
—Cecilia compró un boleto de avión. Para hoy en la noche. Destino… Lisboa.
Por un instante no respondí. Todo dentro de mí quedó en silencio, como si el mundo contuviera la respiración. Luego, lentamente, sin poder evitarlo, una sonrisa ladeada se dibujó en mi rostro. Una sonrisa que no llevaba alegría, sino certeza.
—Lisboa… —murmuré, saboreando la palabra—. Así que ahí te quieres esconder.
Mi pecho se llenó de esa vieja sensación helada y eléctrica que siempre aparecía cuando tenía un objetivo claro. Cecilia creyó que desaparecería sin que pudiera seguir su rast