Capítulo: Como fuego en la piel.
El primer rayo del amanecer tiñó los cielos de tonos dorados y naranjas, colándose por entre las cortinas de la ventana.
Elara abrió los ojos con un sobresalto, su pecho subía y bajaba con rapidez.
La luz suave del alba contrastaba con el ardor que aún le palpitaba bajo la piel.
Había soñado con él otra vez. Con sus manos, con su voz, con la mirada que la hacía temblar por dentro, pero también con su dolor, con su peor trauma.
Se incorporó con lentitud, el cuerpo aún caliente y confuso.
Caminó hacia el baño y dejó que el agua cayera sobre su piel como un intento desesperado por disipar las sensaciones.
Pero el sueño la había tocado demasiado profundo. La imagen de Jarek seguía ahí, prendida a su piel, viva.
Apenas terminó de vestirse, una empleada abrió la puerta sin tocar.
—Su Majestad quiere verla. Ahora mismo.
Elara sintió que el corazón se le detenía por un segundo. El estómago le dio un vuelco. Su cuerpo se tensó.
Lo último que deseaba era verlo... no después de ese sueño. No des