En un mundo de hombres lobo, Penelope vive oculta tras un disfraz de fealdad para protegerse de la opresión de la manada ScarMoon, donde ser bella es una maldición. Nicklaus, el desterrado y desfigurado hermano del tiránico alfa, acepta casarse con ella por obligación, sin embargo está decidido a hacer su vida miserable, al creer que ella es una espía de su hermano. Sin embargo, una peligrosa atracción se desata entre ambos, al tiempo que Nikclaus descubré el verdadero rostro de su esposa, pero, para su desgracia, no es el único en hacerlo y su mujer se convierte en la perversa obseción de lobos peligrosos. Con secretos ancestrales y poderes extraordinarios en juego, su destino se entrelaza en una batalla por la libertad, el amor y la redención. ¿Podrán resistir la adversidad y ver la belleza detrás de la oscuridad?
Leer másPenelopeEl sonido insistente del teléfono me arrastra desde las profundidades de un sueño reparador. Parpadeo confundida, y siento a Nick moverse a mi lado, su brazo todavía descansando sobre mi cintura. Busco a tientas el teléfono en la oscuridad de la habitación, y al ver el nombre de Blake parpadear en la pantalla, me enderezo de inmediato, completamente alerta.—¡Es Blake! —le digo a Nick, sacudiéndolo suavemente mientras él murmura algo incomprensible.—¿Qué hora es? —pregunta en un gruñido, entreabriendo un ojo.—No lo sé, pero Blake no llamaría a esta hora sin una razón. —Contesto la llamada antes de que se apague—. ¡Blake! ¿Qué pasa?—¡Es Lila! ¡Ya viene el bebé! —La voz de Blake es un caos de emoción y nerviosismo—. Necesito que vengan ya. ¡No sé qué hacer!Una risa inesperada escapa de mis labios. A pesar de la urgencia en su voz, hay algo enternecedor en imaginar a Blake, el siempre sereno y controlado Blake, perdiendo los nervios en un momento como este.—Blake, respira.
PenelopeLuna de miel. Si alguien me hubiese dicho hace dos años y medio mientras vivía con mi madrastra que encontraría el amor, salvaría el mundo y tendría bebés con mi compañero y alfa de la manada, hubiese pensado que se había enloquecido.Pero ha estas alturas ya no creo que nada sea imposible. Como prueba está el hecho que tengo un cuerpo ajeno al que nací. Morí y regresé a la vida solo para encontrarme nuevamente con el hombre que amo.El sonido de las olas me envuelve mientras camino descalza por la arena, sintiendo cómo se hunden mis pies en cada paso que doy. Nunca pensé que el mar se sentiría así, tan inmenso, tan libre. Siempre soñé con verlo algún día, pero nunca tuve la oportunidad. Y ahora aquí estoy, bajo la luz de la luna, al lado del hombre que amo, viviendo un sueño.—¿Qué piensas? —la voz de Nick me arrastra de vuelta a la realidad, suave y profunda, como el eco del mar mismo.Me giro hacia él, con una sonrisa que no puedo evitar. Está tan relajado, su expresión ta
NicklausEstoy nervioso. No puedo negarlo.Mis manos están sudorosas, y aunque trato de mantenerme quieto, no puedo evitar moverme ligeramente de un lado a otro. Blake, que está a mi lado como siempre, me lanza una mirada burlona, disfrutando de mi inquietud.—No puedo creer lo nervioso que estás —dice, con una sonrisa socarrona—. Estás casandote con la madre de tus hijos y me veo en la obligación de decir que por segunda vez, no es como si no fuera a venir.Lo miro de reojo, intentando mantener la compostura, pero no puedo evitar gruñirle.—Está demorando mucho —murmuro, incapaz de ocultar mi ansiedad.Blake suelta una carcajada, divertida y llena de complicidad.—La esperaste más de dos años después de su muerte, hermano. Unos minutos más no van a matarte.Me obligo a respirar profundamente. Tiene razón, claro que la tiene. He esperado por Penelope mucho más tiempo del que cualquiera podría imaginar. Si tuviera que esperar toda una vida por ella, lo haría sin dudarlo. Pero ahora que
Penelope Hoy es el día.Un mes y medio ha pasado desde que Nick volvió a tomar el control de la manada y desde que fui nombrada luna. Todo ha vuelto a su cauce; la calma y la estabilidad reinan entre nosotros, pero mi vida no ha dejado de moverse. Ser la luna es una responsabilidad que he tomado muy en serio. Me aseguro de que todos estén bien, de que cada miembro de la manada sienta mi presencia y apoyo. Pero hoy... hoy es diferente. Hoy se trata de mí, de nosotros.Hoy es el día en que finalmente me casaré con Nick.Miro mi reflejo en el espejo mientras Lila termina de arreglar mi cabello. Me siento nerviosa, emocionada, pero sobre todo, en paz. Es el momento que hemos esperado durante más de dos años, desde el primer día en que nos prometimos el uno al otro, a pesar de todo lo que nos separaba en aquel entonces. Hoy, todo eso queda atrás.—Estás preciosa, Penelope —dice Lila con una sonrisa radiante mientras coloca las últimas flores blancas en mi cabello—. No puedo creer que final
NicklausLa votación está en marcha, y el aire a mi alrededor está cargado de tensión. Puedo sentir la expectativa de la manada, las miradas de cientos de lobos puestas en nosotros, sus líderes. Un lobo, uno de los ciudadanos, se ofrece para hacer el recuento de votos. Me parece justo que no sea ni del consejo ni alguien cercano a mí. Evita conflictos innecesarios y asegura transparencia.Espero con paciencia mientras el lobo cuenta las papeletas. Mi mente, sin embargo, no puede dejar de pensar en todo lo que hemos pasado para llegar hasta aquí. Miro a Penny, que está junto a mí, su postura firme y su mirada serena. Es la luna que siempre imaginé. Con ella a mi lado, todo parece más fácil, más claro. Siento un orgullo inmenso que apenas puedo contener.Finalmente, el lobo se gira hacia nosotros, y su expresión lo dice todo. Casi un 90% ha votado a nuestro favor. La mayoría de la manada me ha elegido como su alfa. Un suspiro de alivio pasa por la multitud, y en sus ojos veo algo que hab
Penelope La aparición de la diosa me deja sin aliento. Mi mente apenas puede procesar lo que estoy viendo: la diosa Luna está aquí, en medio de nuestra manada, proclamando a Nick como "el alfa de los alfas". Miro a Nick, y siento una oleada de orgullo y asombro; la diosa ha venido personalmente para reafirmar su lugar, para devolverle lo que siempre ha sido suyo.Mi corazón late con fuerza mientras escucho sus palabras resonar, firmes y justas, dejando claro que Kalios ha estado ocupando un puesto que nunca le perteneció.Kalios retrocede, su rostro palideciendo ante la presencia de la diosa. Sabe que está en una posición precaria. Pero entonces, uno de los ancianos, el mismo que había hablado antes, se adelanta. La rabia emana de él mientras dice con osadía:—Usted podrá ser la diosa, pero no sabe nada de lo que pasa aquí. ¿Cuándo ha ayudado en nuestros problemas? —Su tono es descarado, lleno de desprecio.Puedo sentir la tensión en el aire, la magia de la diosa creciendo a nuestro a
NicklausCuando el auto atraviesa la entrada de la manada, puedo sentir cómo la tensión en mi cuerpo aumenta. Mi corazón late con fuerza mientras nos acercamos a la mansión. Mi mansión. Los recuerdos de todo lo que alguna vez fue mío se arremolinan en mi mente. El rugido del motor se detiene justo en frente de la entrada, y una oleada de miradas nos envuelve. Puedo sentir los ojos de los miembros de la manada sobre nosotros, miradas curiosas, sorprendidas... y algunas llenas de resentimiento.El ambiente es denso, cargado de expectativas y murmullos que se propagan como el viento entre los lobos que empiezan a rodearnos. Entonces, siento la mano de Penny posarse suavemente sobre la mía. Su toque es firme, cálido. Su voz baja, pero llena de determinación, me envuelve.—Estamos juntos en esto —dice, sus ojos fijos en los míos, transmitiéndome su fortaleza—. Tú eres el alfa, recuérdaselos.Sus palabras me llenan de valor. Asiento, absorbiendo su energía y dejando que fluya por mis venas.
NicklausEl viento del desierto acaricia mi rostro mientras observo a Penelope abrazar a Tarkin, Bruno y Sofía. Sus lágrimas brillan en sus ojos, pero su sonrisa es sincera, llena de gratitud y algo de dolor por la despedida. Se ve pequeña entre los brazos de Bruno, pero la fuerza que irradia la hace parecer imparable. Bruno la sostiene con tanto cuidado que parece temer que se rompa, mientras Sofía, al otro lado, le acaricia el cabello. Tarkin permanece de pie junto a ellos, observando en silencio, pero con una mirada suave que nunca antes le había visto.—Gracias por todo lo que hiciste por Penelope —le digo, acercándome a él. Mis palabras salen más profundas de lo que esperaba. El hombre que tengo frente a mí no es solo el líder de una manada; es alguien que entendió el valor de Penny antes incluso que yo mismo.Tarkin me mira y asiente lentamente. Su mano se posa en mi hombro, firme pero con una calidez que no esperaba.—No tienes nada que agradecer, Nick. —Su voz es baja, cargada
PenelopeEl aire dentro de la cueva es denso, casi sofocante. La oscuridad que nos envuelve se siente viva, como si observara cada uno de nuestros movimientos. Los pasos de Nick y los míos resuenan en las paredes de piedra, un eco que se extiende hacia lo profundo. La figura de la mujer sigue allí, inmóvil, esperándonos al final del túnel.A medida que nos acercamos, siento cómo una corriente fría recorre mi espalda. Miro a Nick de reojo, buscando alguna señal de que él también la perciba. Sus ojos permanecen fijos en la figura, la mandíbula tensa, pero no dice nada.Cuando estamos lo suficientemente cerca para distinguir mejor a la mujer, veo que es alta, con una piel tan pálida que parece casi translúcida bajo la tenue luz. Sus ojos brillan con una intensidad sobrenatural, y su cabello largo cae en cascada negra sobre sus hombros. Lleva una túnica simple, pero en su cuello, puedo ver un colgante que parece brillar con un poder antiguo.—Los estaba esperando —su voz es suave, pero res