En un mundo de hombres lobo, Penelope vive oculta tras un disfraz de fealdad para protegerse de la opresión de la manada ScarMoon, donde ser bella es una maldición. Nicklaus, el desterrado y desfigurado hermano del tiránico alfa, acepta casarse con ella por obligación, sin embargo está decidido a hacer su vida miserable, al creer que ella es una espía de su hermano. Sin embargo, una peligrosa atracción se desata entre ambos, al tiempo que Nikclaus descubré el verdadero rostro de su esposa, pero, para su desgracia, no es el único en hacerlo y su mujer se convierte en la perversa obseción de lobos peligrosos. Con secretos ancestrales y poderes extraordinarios en juego, su destino se entrelaza en una batalla por la libertad, el amor y la redención. ¿Podrán resistir la adversidad y ver la belleza detrás de la oscuridad?
Leer másPenelope
Mi padre está muerto…
La sensación de pérdida y dolor hacen que se forme un nudo en mi garganta, ni siquiera entiendo cómo fue que esto pasó, por qué nos atacaron.
Nosotros no tenemos nada.
No somos nada…
Voy camino al cementerio donde se llevará a cabo el entierro, aún cuando mi madrastra me dejó en claro que no quería verme aquí, pero eso es algo que ella no puede quitarme, no puede impedirme que le de el último adiós ante la bendición de la diosa Luna.Sin embargo, no consigo alejarme mucho de la casa cuando dos hombres interceptaron mi camino, uno por detrás y otro por delante.—Mira nada más que pajarito más feo ha salido de su jaula—me dice el que tengo enfrente y siento como todos los músculos de mi cuerpo se tensan.—Parece que además es un pajarito desobediente, ¿No te enseñaron a acatar una orden?El miedo se filtra en mi cuerpo, pues aunque recientemente he cumplido los 18 años y mi loba ha hecho acto de presencia, son apenas indicios de poder, nada comparado con estos dos hombres enfrente mío.—N-No quiero pr-problemas… Solo quiero pasar.. solo..—Oh, pero es que no puedes, tenemos entendido que no tienes permitido hacerlo y estamos aquí para enseñarte que le pasa a las niñas desobedientes.Entonces el aturdimiento llega a mi cuando un golpe seco me da de lleno en el rostro, segundos antes de que uno más me golpee en el abdomen consiguiendo que mis piernas se doblen y caiga de lleno en el suelo.El dolor en mi cuerpo estalla en miles de fragmentos al tiempo que puños y patadas golpean cada parte de mi y el pensamiento de que voy a morir se hace muy presente junto a uno mucho más fuerte: No quiero hacerlo, no quiero morir.—¡Déjenme! NOOO—Grito, cuando siento como uno de los hombres se monta encima mío y sus manos sucias y bruscas comienzan a rasgar la tela de mi blusa.NO, NO. NO…La conciencia me amenaza con abandonarme, pero se que si cedo será mi fin y no puedo permitirlo, las risas y palabras obscenas de los hombres llenan mis oídos y mis ojos se nublan debido a las lágrimas contenidas, entonces cuando las palabras de mi padre se filtran en mis recuerdos.”Lleva esto siempre contigo, Penelope, no es mucho pero te ayudará a defenderte”Con el cuerpo cansado y lleno de dolor estiro una de mis manos hacia mi bota y consigo sacar la pequeña navaja de plata que me dio mi padre, con dificultad le quito la funda y en el instante en que las manos del hombre aprietan mis senos levanto la mano y la entierro con fuerza en su espalda, consiguiendo que un grito de dolor salga de él.Ni siquiera sé de donde saco las fuerzas para quitarmelo de encima y ponerme en pie.Mis ojos van hacia el segundo atacante que parece que está a punto de lanzarse sobre mí, pero entonces sonidos de pasos se escuchan a la distancia y el cobarde no hace más que tomar a su amigo y largarse.
Mientras tanto me quedo sola en la mitad de la calle, los pasos ya no se escuchan y sé que nadie vendrá por mi, por lo que apoyándome de las paredes y tratando de mantenerme despierta llego hasta mi casa, en dónde nada más entrar dos pares de ojos llenos de odio me encuentran.
—Ayuda…—digo con un hilo de voz hacía mi madrastra, pero esta solo me da una mirada asqueada antes de decir.—Como tu asquerosa sangre me manche la alfombra, tendrás que pagarla… Quédate aquí, no por segunda vez.Después de que se fue, me sigue doliendo el cuerpo, pero el dolor que siento en el pecho al saber que no pude despedirme de papá es mucho más fuerte.
Entro en el baño y me doy una mirada en el espejo para observarme.Mi rostro lleno de morados que se han vuelto verdes, granos en las mejillas, mi mirada vacía, mi cabello pastoso.
Soy horrible y eso es lo único que me ha mantenido a salvo y también la razón por la que no salgo de casa, mi fealdad me hacía una vergüenza a ojos de mi madrastra y la burla y el blanco de abuso de su hija.Sin embargo, ser bella es mucho pero.La belleza es una maldición
Esas fueron las palabras con las que crecí, las que mi padre me dijo una y otra vez mientras vivíamos lo más apartados posibles de la manada y no podían tener más verdad.Somos parte de la manda SkarMoon, dónde nuestro alfa, un hombre siniestro y retorcido se lleva a todas las mujeres bellas una vez cumplen los 18 años y las convierte en esclavas.Más nunca ven a su familia, más nunca vuelven a ser las mismas.
Sin embargo, ya mi padre no estaba y ahora no había nadie en el mundo que pudiera defenderme.No me extrañaría que mi madrastra me echara de la casa después de hoy, ni siquiera me permitió asistir a su funeral. No me consideró digna.
—¿Qué voy a hacer ahora, papá? ¿Cómo voy a sobrevivir sin tí? ¿Cómo seguiré ocultando…?Un sollozo escapa de mi garganta y siento las fuerzas dejarme poco a poco, no se si pueda soportar esta vida sin él.Lo único que quiero es irme de aquí. Ser libre.
Poder ser yo misma sin miedo a que me pase algo.
Un estrépito en la sala me hace fruncir el ceño y salgo con cautela de mi escondite para ver que pasa, pero todo está vacío.Estoy a punto de llamar a mi madrastra, cuando todo sucede con demasiada rapidez.
Siento un golpe en la parte trasera de mi cabeza que hace que caiga con fuerza sobre mis rodillas, segundos antes de que un par de manos intenten agarrarme y es ahí cuando mi instinto de supervivencia se activa.—NOOO, ¡Suélteme!—Grito, pero el sonido se pierde en la nada, pues nadie viene a ayudarme.PenelopeEl sonido insistente del teléfono me arrastra desde las profundidades de un sueño reparador. Parpadeo confundida, y siento a Nick moverse a mi lado, su brazo todavía descansando sobre mi cintura. Busco a tientas el teléfono en la oscuridad de la habitación, y al ver el nombre de Blake parpadear en la pantalla, me enderezo de inmediato, completamente alerta.—¡Es Blake! —le digo a Nick, sacudiéndolo suavemente mientras él murmura algo incomprensible.—¿Qué hora es? —pregunta en un gruñido, entreabriendo un ojo.—No lo sé, pero Blake no llamaría a esta hora sin una razón. —Contesto la llamada antes de que se apague—. ¡Blake! ¿Qué pasa?—¡Es Lila! ¡Ya viene el bebé! —La voz de Blake es un caos de emoción y nerviosismo—. Necesito que vengan ya. ¡No sé qué hacer!Una risa inesperada escapa de mis labios. A pesar de la urgencia en su voz, hay algo enternecedor en imaginar a Blake, el siempre sereno y controlado Blake, perdiendo los nervios en un momento como este.—Blake, respira. Y
PenelopeLuna de miel. Si alguien me hubiese dicho hace dos años y medio mientras vivía con mi madrastra que encontraría el amor, salvaría el mundo y tendría bebés con mi compañero y alfa de la manada, hubiese pensado que se había enloquecido.Pero ha estas alturas ya no creo que nada sea imposible. Como prueba está el hecho que tengo un cuerpo ajeno al que nací. Morí y regresé a la vida solo para encontrarme nuevamente con el hombre que amo.El sonido de las olas me envuelve mientras camino descalza por la arena, sintiendo cómo se hunden mis pies en cada paso que doy. Nunca pensé que el mar se sentiría así, tan inmenso, tan libre. Siempre soñé con verlo algún día, pero nunca tuve la oportunidad. Y ahora aquí estoy, bajo la luz de la luna, al lado del hombre que amo, viviendo un sueño.—¿Qué piensas? —la voz de Nick me arrastra de vuelta a la realidad, suave y profunda, como el eco del mar mismo.Me giro hacia él, con una sonrisa que no puedo evitar. Está tan relajado, su expresión ta
NicklausEstoy nervioso. No puedo negarlo.Mis manos están sudorosas, y aunque trato de mantenerme quieto, no puedo evitar moverme ligeramente de un lado a otro. Blake, que está a mi lado como siempre, me lanza una mirada burlona, disfrutando de mi inquietud.—No puedo creer lo nervioso que estás —dice, con una sonrisa socarrona—. Estás casandote con la madre de tus hijos y me veo en la obligación de decir que por segunda vez, no es como si no fuera a venir.Lo miro de reojo, intentando mantener la compostura, pero no puedo evitar gruñirle.—Está demorando mucho —murmuro, incapaz de ocultar mi ansiedad.Blake suelta una carcajada, divertida y llena de complicidad.—La esperaste más de dos años después de su muerte, hermano. Unos minutos más no van a matarte.Me obligo a respirar profundamente. Tiene razón, claro que la tiene. He esperado por Penelope mucho más tiempo del que cualquiera podría imaginar. Si tuviera que esperar toda una vida por ella, lo haría sin dudarlo. Pero ahora que
Penelope Hoy es el día.Un mes y medio ha pasado desde que Nick volvió a tomar el control de la manada y desde que fui nombrada luna. Todo ha vuelto a su cauce; la calma y la estabilidad reinan entre nosotros, pero mi vida no ha dejado de moverse. Ser la luna es una responsabilidad que he tomado muy en serio. Me aseguro de que todos estén bien, de que cada miembro de la manada sienta mi presencia y apoyo. Pero hoy... hoy es diferente. Hoy se trata de mí, de nosotros.Hoy es el día en que finalmente me casaré con Nick.Miro mi reflejo en el espejo mientras Lila termina de arreglar mi cabello. Me siento nerviosa, emocionada, pero sobre todo, en paz. Es el momento que hemos esperado durante más de dos años, desde el primer día en que nos prometimos el uno al otro, a pesar de todo lo que nos separaba en aquel entonces. Hoy, todo eso queda atrás.—Estás preciosa, Penelope —dice Lila con una sonrisa radiante mientras coloca las últimas flores blancas en mi cabello—. No puedo creer que final
NicklausLa votación está en marcha, y el aire a mi alrededor está cargado de tensión. Puedo sentir la expectativa de la manada, las miradas de cientos de lobos puestas en nosotros, sus líderes. Un lobo, uno de los ciudadanos, se ofrece para hacer el recuento de votos. Me parece justo que no sea ni del consejo ni alguien cercano a mí. Evita conflictos innecesarios y asegura transparencia.Espero con paciencia mientras el lobo cuenta las papeletas. Mi mente, sin embargo, no puede dejar de pensar en todo lo que hemos pasado para llegar hasta aquí. Miro a Penny, que está junto a mí, su postura firme y su mirada serena. Es la luna que siempre imaginé. Con ella a mi lado, todo parece más fácil, más claro. Siento un orgullo inmenso que apenas puedo contener.Finalmente, el lobo se gira hacia nosotros, y su expresión lo dice todo. Casi un 90% ha votado a nuestro favor. La mayoría de la manada me ha elegido como su alfa. Un suspiro de alivio pasa por la multitud, y en sus ojos veo algo que hab
Penelope La aparición de la diosa me deja sin aliento. Mi mente apenas puede procesar lo que estoy viendo: la diosa Luna está aquí, en medio de nuestra manada, proclamando a Nick como "el alfa de los alfas". Miro a Nick, y siento una oleada de orgullo y asombro; la diosa ha venido personalmente para reafirmar su lugar, para devolverle lo que siempre ha sido suyo.Mi corazón late con fuerza mientras escucho sus palabras resonar, firmes y justas, dejando claro que Kalios ha estado ocupando un puesto que nunca le perteneció.Kalios retrocede, su rostro palideciendo ante la presencia de la diosa. Sabe que está en una posición precaria. Pero entonces, uno de los ancianos, el mismo que había hablado antes, se adelanta. La rabia emana de él mientras dice con osadía:—Usted podrá ser la diosa, pero no sabe nada de lo que pasa aquí. ¿Cuándo ha ayudado en nuestros problemas? —Su tono es descarado, lleno de desprecio.Puedo sentir la tensión en el aire, la magia de la diosa creciendo a nuestro a
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