Aysun, ella una loba solitaria que no conoce más allá de lo que se le ha enseñado por su cuidador Varyan Gregg su única familia y él, Sheis uno de los lobos más poderosos de todo Malfa quienes se unirán en un principio en medio del desconocimiento que representan sus vidas en un juego incierto de amor que surgirá tras una apuesta. Tras su encuentro una era de caos y destrucción surgirá desatando de por medio la guerra declarada abiertamente por parte del príncipe vampírico que desea con todo su ser exterminar a los lobos de la faz de la tierra sin contar con que la leyenda de la hija de la luna daría inició para acabar con él.
Leer másLa vida es casualmente irónica, es algo severa, de vez en cuando es divertida y algo insólita.
A veces tiene un aspecto triste o feliz dependiendo la ocasión, tiene cambios constantes de humor, lo que la hace extraordinariamente particular, pero curiosamente a pesar de ello es vida y al igual que todo tiene sus altas y bajas, donde el simple hecho de existir aparenta ser más fácil, más llevadero, todo se percibe con mucha más luz y donde la felicidad nos arropa dándonos de vez en cuando un respiro.
Eso para mí resume lo que es la vida en sí y descubrirás por qué pienso así una vez te adentres a esta historia, mi historia, más por lo pronto me presento.
Hola, mi nombre es Aysun Black y soy una huérfana hija de lobos, de mis padres poco conozco, no más allá de su simple apariencia es la que a mi conciencia alguna vez ha arremetido, la cual descubrí hace algunos pocos años atrás tras encontrar algunas viejas fotografías que Varyan mantenía ocultas incluso de mí.
Varyan Gregg mi tutor es un hombre de temple que puedo definir como el mejor ejemplo de un padre que la vida, aunque no lo creía así en un principio me pudo llegar a dar.
Su aspecto deja mucho que desear por la elegancia en su porte que pretende hacer pasar como desapercibida detrás de una ropa de apariencia humilde por lo que como cuál modelo de revista lo podría llegar a nombrar.
Su piel es de un color canela bastante sutil, es bastante alto, de cuerpo algo musculoso, sus ojos son de un color casi dorado similares al ámbar mismo, tiene el pelo rojizo corto y una barba pronunciada que siempre suele lucir bien recortada en el mismo tono.
Aquel mismo por alguna razón no ha visto aún necesario el contar esa parte de mi vida la cual él solamente conoce y que abarca mi puesta en existencia en este mundo aunque evidentemente tengo derecho a ello, pero, aunque bien tengo mis dudas respecto a tal comportamiento confió en que hay una razón más fuerte de por medio que tarde o temprano saldrá a la luz, puesto que de ser todo tan malo como se estimaría realmente siento que él no se hubiera dado a la tarea de entrenarme tan arduamente como lo ha hecho hasta ahora a sabiendas de que luego puedo llegar a traicionarlo o incluso escapar.
Mis habilidades de caza, búsqueda, captura y pelea, aunque no debería de alardear de ellas realmente son un as, un punto a favor suyo, pues desde que tengo conocimiento Varyan ha buscado moldearme como el suave barro en las manos ásperas del experto alfarero hasta conseguir sacar de mí lo mejor siempre y cuando el estúpido celo no aparezca para cambiar todo lo que para mí cotidianamente es normal.
Mi niñez junto a él a pesar de ello no tuvo desperdicio alguno y aunque todo pareciese estar tomado por la severidad, la calma y los momentos donde la felicidad entre lo que supone ser un padre junto a lo que yo simulaba ser su amada y única hija era digno de contemplar.
Papá como hasta ahora lo llamo es sin dudas un hombre de admirar y ha luchado con creces a pesar de las vicisitudes que ha tenido que enfrentar más aún e imagino las cuales se multiplicaron una vez que yo aparecí a poner totalmente patas arriba su vida, su empeño más grande siempre fue lograr querer educarme y darme todo lo más parecido al amor paternal que se pueda nombrar y junto a él sin dudas mi vida ha sido más fácil de lidiar.
Curiosamente, el mundo más allá de lo que compone el bosque de Sanec uno de los tantos que le conforman a esta isla a la que todos llaman Malfa es lo único que hasta ahora conozco no porque no pueda, sino porque no quiero, puesto que, aunque he tenido la oportunidad de encontrarme en medio de los humanos mi vida en medio del bosque es algo que realmente me niego a hacer a un lado.
Aquí puedo llegar a ser yo en la totalidad y eso significa que puedo llegar a usar mi piel lobuna a plenitud, transformarme siempre que quiera es un gran lujo que disfruto lo que me permite percibir el mundo desde la mirada bestial tanto como quiero lo que realmente no tiene precio, pero, a quien quiero engañar a pesar de tenerlo todo y no tener nada a la vez la sensación incesante de que algo falta en mi vida es innegable.
Lidiar con la dura pena que significa no tener padres, ni manada, ni lugar propio al cual llamar hogar deja sin dudas en los lobos ese rastro amargo que lleva consigo la propia desesperanza, algo que nos une en gran medida con los simples humanos, pues, en gran medida como aquellos somos, entes sociales.
La soledad que trae de por medio al estar alejados de todo y todos realmente hace bastantes estragos en nuestras propias mentes, así que es entendible que con el tiempo sea algo difícil de no percibir y contra lo que constantemente debemos de enfrentarnos.
Todo era eso hasta el momento y la calma era la principal base de nuestras vidas, donde solo éramos papá y yo contra el mundo, contra todos.
Éramos exacta y respectivamente hablando la mano amiga que siempre se presta ante los problemas y que se extiende en dirección contraria cada que uno tropieza, el hombro familiar que sirve como paño de lágrimas que siempre te acompaña o la cálida compañía de un igual que siempre es capaz de calmar la soledad del alma aunque solo sea algo momentáneo.
A pesar de no tener lazos consanguíneos sin dudas éramos lo más cercano a una familia que ambos podíamos desear y éramos medianamente felices gracias a ello, hasta que él apareció, Sheis, quien volcó todo mi mundo de cabeza, no muy bien se presentó.
Su presencia en mi vida vino prácticamente a obligarme a entender que todo era mucho más de lo que yo pensaba, removiendo por ello de mí el miedo al mundo que de algún modo había tomado sin pertenecerme, abriéndome por ello los ojos a una realidad llena de posibilidades y me hizo luchar sin dudas contra mis propios demonios.
Me obligo con fuerza a dejar salir mi voz, me hizo enfrentarme al presente y a cimentar con ello al nuevo futuro, uno que parecía ser tan incierto al hacerme sanar la herida que me producía el no saber quién yo era en realidad.
❝ No se cómo caben en mis manos tantas ganas de tocarte❞ — Joaquín Sabina — Poemas y Ellas(Desde la perspectiva de Sheis)La inquietud que sus palabras descargaban en mi piel junto a las preguntas que afloraban en lo profundo de mi cabeza no tenían precedentes y eran nada comprensibles para mí en aquel instante salvo a aquella premisa particular — y se supone que yo soy el bipolar — pensé al querer intentar entenderla pues sus constantes cambios de humor no es una tarea fácil a realizar sino que se trataba de una tarea bastante demandante eh de mencionar.Ver aquella expresión en su rostro me hizo dudar con creces haciendo que por ello una alerta en mi cabeza se despertara y la necesidad inherente de alejarme de ella aparecía seguida de las palabras que anteriormente había increpado con insistencia el intrépido de Daner — "ella no es igual a las demás" — la cuales antes de parecer una sugerencia dejaba tras de sí el sabor amargo que trae consigo una bien marcada advertencia.Yo, quie
❝ No sé si me explico: besarte es pactar con el enemigo y ganar todas las batallas a la vez❞ — Guerras — Tal vez estaba condenada, era en lo que más pensaba en mi pues aquello hacía mucho ruido en mi cabeza ya que quizás y digo quizás, estaba pagando el precio de algún error, de alguna culpa o de algún acto que por mis manos quizás fue alguna vez llevado a cabo, en algún momento como muestra ahora de un castigo merecido, pero sabiendo cómo soy y como había sido mi vida tampoco se me hacía justo que se me hiciera precursora de algo que no conocía y de lo cual probablemente tampoco sentía que tenía responsabilidad alguna. El silencio era tan molesto en estos momentos que ante la incendia de la nada parecía tan eterno que incluso consideraba que hasta el más simple susurro era algo gratificante. Y solo basto que se empezara a escuchara como unas pequeñas gotas caían sobre el mismo cuerpo de agua en el cual se contenían en la distancia, se podía escuchar como si la misma se encontrara r
❝ La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano❞ — Victor Hugo — (Desde la perspectiva de Sheis) Y fue allí que empecé a asustarme, la piel de Aysun a pesar de la temperatura cálida que el manantial emanaba se sentía tan fría ajena a la vida como si entre mis manos parecía encontrarse un simple cuerpo, una carcasa dejada a la deriva carente de alma, carente de aliento. El miedo me hizo actuar de una modo extraño y en mi pecho se anido una sensación de pérdida y agonía que parecía controlarme, nunca había actuado de esa manera una por la cual e incluso parecía ser completamente otra persona, una completamente desconocida para mí. Yo nunca había sido dulce, nunca había sido atento y mucho menos nunca había fijado verdadero interés en ellas “las lobas” aun menos había insistido tanto para estar con alguna de las mismas pues por el contrario ellas eran quienes me perseguían a mí, mucho menos había sido alguna vez cariñoso con otras mujeres que no fueran parte estrecha de
❝ Andamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos❞ — Julio Cortázar —(Desde la perspectiva de Sheis)— Acaso Aysun me estaba ignorando — me atreví a pensar pese a que no sabía si lo que cuestionaba hacía sentido al verla como con sus ojos cerrados permanecía de aquella manera tan despreocupada y allí de pie me quede sintiéndome ser entonces el mayor payaso de la corte ante su excelencia el excelentísimo rey al ver como aquella chica simplemente pasaba de mí.Todo parecía normal salvo por la actitud de Aysun por lo que a cada segundo que transcurría yo me sentía cada vez más tonto por esperar lo que aparentemente nunca iba a suceder.Me estaba preparando para lo peor eso incluye lidiar con el mal humor que últimamente ella suele cargar cuando me di cuenta de algo inusual, su respiración se había lentificado demasiado como si aquella hubiera caído en un estado de trance profundo.— ¡Aysun! — le llame de manera interrogante aunque con calma una primera vez sin perde
❝ Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón❞ — Miguel de Cervantes —La mirada de sorpresa que de manera tenue se alojo por algunos segundos en el rostro de Sheis hizo eco en mí pues la misma no fue lo suficientemente pasajera como para obviar el hecho de ser notada por lo que fue inevitable el no descubrirla.Yo sin dudas le había atrapado pero él no lo entendía e imaginaba que mucho menos lo asumiría si lo llegaba a confrontar en estos momentos pese a que yo tuviese la razón, aunque pensándolo bien tampoco pretendía que el mismo se diera cuenta así que preferí callar y hacer como que nada había sucedido.Ahora bien, en estos momentos yo debería estar molesta o encabronada como no se tenga una idea pues mi espacio personal estaba siendo cruelmente quebrantado por la persona que menos tenía pensado encontrarme aquí, pero la confusión que experimentaba por lo que hacía unos segundos había sentido no me permitía ser tan reactiva como la situación lo ameritaba.El cansanc
❝ Quién sea feliz también hará felices a otros❞ — Jacinto Benavente —(Desde la perspectiva de Sheis)Aysun yacía allí recostada, semi sumergida en medio de aquellas aguas completamente desnuda totalmente despreocupada y ajena a lo que el tan horrible y tan cuestionable mundo que nos rodea pudiera llegar a descargar sobre su tan inocente ser, tan pura, tan suya e inconscientemente tan mía como ella solo lo es porque desde el primer día en que la vi no hago otra cosa más que desearla enteramente para mí a pesar de que pueda ser yo solo un error más en su vida y que eso solo me convierta a mí en el caos que destruya de paso todo su mundo.De su persona solo sobrevenía calma, pasividad y serenidad ligada esta a su vez a aquella, una extraña imagen que desprendía de ella la cual no se hacía de todo encajar en mi conciencia.De Aysun sobresalía un aura bastante peculiar que producía que en mi cabeza se alojara una enorme curiosidad, aura que no había nunca percibido salir de su persona en
Último capítulo