Isabella Romano.
El fuerte ruido de la puerta abriéndose me hizo saltar sobre la cama por el susto y rápidamente llevó mi mano a mi pecho mientras veía como Salvatore soltaba una maldición.
—Joder, Tore—suspiro
—No quería asustarte—responde agitado
—¿Está todo bien?---me muevo por la cama hasta llegar a su altura
Salvatore me mira y por primera vez en su mirada vi mil emociones a la vez, pero entre ellas estaba el miedo, desconcierto y sobre todo dolor.
—¿Qué sucedió?
—Querras decir que no sucedió—soltó una risa sin ganas—. Vaya mierda de día.
—¿Qué sucedió, Tore?
—Tu padre lo sabe—suelta apretando sus puños—. El sabe que soy el asesino de mi padre y sobre cómo terminó el tratado con la organización que era nuestro enemigo. Lo sabe todo, joder.
—¿Qué te dijo?
—No es importante—chasquea la lengua y pasa la mano por su mandíbula—. Y para finalizar el día, tengo un jodido medio hermano.
Bien, eso no me lo esperaba.
—¿Medio hermano?
—Si, un maldito medio hermano—habla sin creérs