Isabella Romano.
Han pasado unos días desde que Salvatore se enteró que tenía un medio hermano. Estos días han sido tranquilos, Salvatore busca un lugar donde ubicarlo en la organización y yo por mi parte me permito disfrutar de la tranquilidad.
Mi familia estaba callada, sorprendemente callada.
Salvatore pasaba el día en los almacenes, resolviendo los problemas con la organización y luego en la tarde volvía a casa para estar conmigo. A veces disfrutamos de la compañía del otro, él revisaba sus documentos mientras que yo veía alguna serie o película en la tele, tambien habian dias que nos sentamos en el balcón solamente a mirar el paisaje que nos brindaba el penthouse y otras noches simplemente éramos uno solo en la cama.
Ahora mismo, me encontraba en el penthouse preparándome una taza de café con leche, cuando el anuncio de las puertas del ascensor abriéndose hizo eco por toda la casa.
—¿Salvatore?---pregunto mientras tomaba mi taza de café.
Camino hacia la entrada del penthous