Sentí como el dolor se me acumulaba en el pecho, baje la cabeza y negué en silencio no entendía porqué él había compartido eso con Tamyria, «¿tanto la ama?—pensé obstinada—tanto así que le cuenta nuestras cosas íntimas». Además no es que yo no fuera capaz de complacerlo, cuando éramos novios y al principio de nuestro matrimonio siempre lo hacía, él estaba totalmente loco por mí... Ahora tengo una mala noche por andar con las emociones revueltas y tiene que ir a contárselo a esta maldita.
—Lo siento Sari—dijo tomando un mechón de mi cabello—pero de verdad no es culpa de nadie que las cosas fueran así, tu pronóstico era muy malo pero bueno sigues aquí y debes lidiar con las consecuencias.
—Hablas como si yo hubiera hecho algo malo por no morirme.
—Es que así es, el pobre Alex me cuenta que esta agotado de tener que soportarte; que te has vuelto aburrida, fastidiosa y sobretodo fea. Bastante desagradable a la vista por andar toda enfermita por la vida.
—¿Entonces por qué no ace