La muerte del bebé a manos de Isabella solo hizo que Mateo deseara acelerar la caída del actual jefe del clan, Damián, y concretar cuanto antes la unificación de la mafia. Sentía que era la única forma de vengar la vida de su hijo. Sin embargo, sabía que no podía actuar impulsivamente.
Mateo prefirió no alertar a Isabella de que él ya sabía que ella era la culpable del aborto de Valentina, así que mantuvo sus planes en secreto, esperando el momento indicado para actuar.
Mientras tanto, Valentina seguía en el hospital, esperando a que Mateo fuera a verla, pero él no se acercó. Solo pensaba en idear un plan para vengar la muerte de su hijo. Sin embargo, para Isabella, Mateo parecía preocuparse solo por sí mismo, como si no le hubiera dolido la pérdida. Lo que ella no sabía era que él evitaba mostrar debilidad, incluso ante Valentina.
Justo en esos días de tensión y dolor, Isabella apareció en el hospital para "visitar" a Valentina, quien yacía descansando.
Con un golpe brusco, I