Olor A Frambuesas

Al pasar por el bosque el Alpha sintió ese poderoso olor a Frambuesas que lo estaban haciendo delirar.

Su mate estaba cerca y dispuesto a no dejarla ir se transformó comenzando a correr tras ese olor que estaba volviendo locos sus sentidos, su lobo saltaba de felicidad y su parte humana bufaba frustrado por haberla encontrado.

Aún no estaba listo para comprometerse con alguien, se acabaría su libertad de estar con muchas mujeres y eso implicaba preocupaciónes.

Su lobo al llegar al río donde el aroma se intensificaba muchísimo más fuerte no pudo evitar sentir la ira que recorrió su cuerpo al verla tan triste, podía oler sus lágrimas y escúchar ese desgarrante llanto que rompía su corazón en mil pedazos.

"¿Quien le habrá hecho tanto daño a su destinada?"

Se preguntaba el gigante lobo mientras prometía en su interior que sea quien sea que la tenga así lo iba a hacer pagar cada lágrima que su mate estaba derramando en ese momento.

Aún no la había visto de frente pero su instinto decía que debía ir a consolarla mientras su parte humana le gritaba que se quedara escondido.

"No puedo quedarme sin hacer nada inútil humano."

Trueno gruñó mientras daba unos paso lentos hacía la pequeña en aquella roca.

Al verla voltear a su dirección sintió desfallecer del enojo al verla tan triste, en su mirada no había más que dolor y su rostro hinchado por tantas lágrimas desgarrantes que dolía en su pecho.

Dió pasos sigilosos hacía ella tratando de que no temiera, aún así se sorprendió al ver que la pequeña no corría, sin embargo no le quitaba la mirada de encima y su llanto se hacía más fuerte.

"Es tan pequeña" Trueno veía enternecido lo preciosa que era su compañera a pesar de la situación en la que se encontraba, su vestido amarillo de flores solo la hacía ver más adorable.

"Solo la estás asustando" Decía Mark, que se encontraba molesto por todo lo que estaba pasando, se suponía que en este momento debió a ver ido al club donde lo esperarían unas lindas rubias que conoció en la tarde y las invito a salir.

Trueno volvió a gruñir ante ese pensamiento del humano no podía creer que un par de rubias insolentes sean más importante que su dulce compañera.

Al ver que su destinada estaba a punto de caer se apresuró a acostarse en el piso para que su pequeña cabecita no golpeara el suelo si no más bien cayera sobre su suave pelaje de color negro.

Al mirarla inconsciente volvió a su forma humana cargándola entre sus fuertes brazos para llevarla a su cábaña.

A medida que se acercaban no podía evitar inhalar fuerte su aroma que lo estaban desquiciando hasta el punto de querer tenerla más cerca de él.

Su aroma de Frambuesas era tan exquisito que estaba seguro que nunca en la vida habría otro olor que igualara el de su mate, era aquella clase de olor que nunca olvidarías y aunque él muchas veces deseó que su compañera fuera una loba estaba tan feliz de que la Diosa Luna le mandara una humana.

Eran más fértiles, casi tan fértiles como las Omegas, e incluso más, no tendrían que esperar al celo porque su nivel de deseo eran todo el tiempo.

Su pequeña se sentía tan diminuta en sus brazos, no pesaba nada y lo hacía fruncir el ceño.

¿No sé alimentaba bien?

Mark no sabía que hacer, sus pensamientos eran muy confusos, por un lado no quería amarrarse a nadie pero por el otro, se sentía bien, se sentía completo, era como si la pequeña en sus brazos fuera lo que siempre necesitó para llenar ese vacío que sentía todo el tiempo.

Y debía admitir que se sentía demasiado bien.

Al llegar a la cabaña donde se estaba quedando en esos momentos, depositó a la pequeña Fanny en el suave colchón de su cama y sentándose a su lado admiro con detenimiento todo de ella.

Sus pequeños labios rosados.

Sus largas pestañas.

Su cabello chocolatoso.

Su pequeño cuerpo que tenía curvas en los lugares correctos.

Su piel aterciopelada que se veía muy suave.

Trueno aullaba en su interior de felicidad y Mark no podía tener peor cara que la que estaba teniendo en ese momento.

De pronto Fanny abrió aquellos ojos azules con motas grises confundida, no sabia en donde estaba y escaneando a su alrededor sus ojos se posaron en el hombre sentado al lado de la cama.

De inmediato se levanto sintiendose aturdida por unos minutos, hasta que sus recuerdos comenzaron a llegar uno por uno, haciendo que se le instalara un fuerte dolor de cabeza y tuvo que sostenerse para no caer.

Su fiesta de cumpleaños.

Sus primas burlandose de ella.

Su madre.

Ella corriendo al bosque.

Y de pronto, el lobo.

- Tu.. ¿Me has salvado del lobo?

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