Elizabeth una chica de 17 años, sufre pesadillas desde los 12, en los cuales es brutalmente torturada, física, psicológica y sexualmente por un vampiro misterioso, que hace esto por una venganza de su pasado, pero todo va a cambiar cuando encuentra de aliada, a una chica que la trataba mal en la escuela, y de un chico misterioso que llega de repente como un estudiante nuevo en la escuela de Elizabeth, ¿acaso el destino de ella cambiara, o será el mismo que han pasado las mujeres de su familia?
Leer másJusto cuando empezaba a sentirme bien, otra oleada de dolor comenzaba de nuevo contra mi cuerpo, aquella criatura, cada vez que me lamia, sentía como mi pecho ardía, gritaba, pataleaba y trataba de alejarlo, este ni se inmuto y siguió con su trabajo hasta que aquella voz hablo:
—Ya te puedes retirar —Dijo sin más y la criatura desapareció en un manto de humo negro.
Aquel hombre, de voz grave y ronca me ha tenido encerrada desde hace cinco años y no ha dejado de torturarme. No he podido conciliar el sueño porque temo que en algún momento me mate.
Ese ser, se encontraba sentado, concentrado en sus pensamientos, hasta que me dirigió la mirada por primera vez en ese día, con esos ojos rojos como la sangre, y un rostro penetrante. No me ha tocado un pelo, solo me ha gritado improperios, aún no ha llegado a lo físico todavía...
—No te quedes ahí sentada como estúpida, levántate y regresa a tu habitación, aun no acabo contigo —Torció su boca a modo de sonrisa con una expresión espeluznante.
Salí corriendo de la sala y llegué a mi dormitorio, no quería saber qué otras cosas estaban planeando hacer conmigo. Me acosté en la cama, me envolví con las sábanas y me hice un ovillo, tratando de pensar en todo menos en lo que iba a sufrir.
Para mi mala suerte, llego en menos de cinco minutos, ese hombre entro en mi habitación con objetos... De... Tortura... Así que el gusto de dañarme mentalmente no le bastó, ¿qué es lo que piensa hacer?
—No te me quedes viendo levántate —su voz mostraba satisfacción al ver mi rostro teñido en lágrimas —¡¡que te levantes!! —me agarro del cabello, me tiro al suelo, y yo obedecí de inmediato, pero algo no iba bien, el rostro de mi verdugo se mostraba extasiada, pero en segundos volvió a ser la misma momentos antes de correrme de la sala.
—Desvístete —aquello me sorprendió de sobremanera.
¿Desvestirme?, ¿qué está pensando hacer? No sale ninguna queja de mi boca, si lo hago, otra vez mandara a una de esas criaturas para volver a dañarme, o algo peor, así que obedecí y me quite el vestido holgado que tenía, mis senos le saludaron a ese hombre, en esos momentos no tenía sostén.
— ¿Qué me vas a hacer? —pregunte con miedo, él ni siquiera me miro, pero por su expresión sé que esto acabara mal por andar de boca suelta.
—Eso es algo que no debes preguntar —sentí como me daba una bofetada tan fuerte que terminé cayendo en la cama —Solo cierra esa estúpida boca, eres una simple mujer –tan pronto como caí él se puso encima de mí.
Me dedicó una mirada llena de sadismo, y en ese momento noté que se estaba desvistiendo, no sabía en qué pensar, estaba en una especie de trance, solo salí del mismo cuándo sentí un dolor fuerte en mi interior. Y como no sentirlo, si su miembro estaba dentro de mi intimidad, yo trataba de soltarme de su agarre, pero cada que lo intentaba me daba una bofetada, tan solo me penetraba con rudeza.
—De...detenté —apenas y sí podía hablar, estaba jadeando, la sensación era insoportable me había partido en dos, comencé a sentir pesadez en mis ojos, pero no podía desmayarme, no quiero darle ese gusto a él, pero simplemente cerré los ojos.
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Lloro desconsoladamente mientras Jest me toma de la espalda en un ademán de consuelo, no dice nada, simplemente se queda ahí acompañandome en silencio y como puede, reconfortarme. Al cabo de 20 minutos mi llanto se para provocando que al respirar me salgan hipidos por la cantidad de tiempo de duro.Jest se sienta a mi lado y pregunta:—Quieres regresar al salón y nos escapamos de la escuela? — Dice con un tono que llega a sonar un poco sospechoso para quien hubiera estado por aquí cerca.—Me niego a regresar al salón con ese hijo de puta en el pizarron dandoselas de profesor, así que prefiero irme de aqui —Digo mientras me levanto con dificultad y con un ligero temblor en todo mi cuerpo.—Bien, entonces te parece si vamos a algún lado lejos del colegio? podemos ir a un parque o a otro lado, por supuesto yo te acompaño, no te dejare sola por ahí y menos con ese mal nacido suelto.Las palabras de Jest me tranquilizan demasiado y acepto sin siquiera pensarlo, a lo que partimos de ahí en
Despierto de golpe en mi habitación real, sudada y asustada, me levanto a torpezones, y voy por todo el lugar en buscar del apagador, en cuanto prendo la luz, me tranquilizo un poco, y veo la hora de mi reloj. Las 3 de la mañana, salgo al pasillo en silencio en dirección al baño a tomarme una ducha, en cuanto entro, tomo una toalla y abro el grifo, mientras espero a que la bañera se llene, me desnudo en frente del espejo, horrorizandome en el proceso.Muchas cicatrices adornan mi abdomen, y un hilo de sangre baja de mi entrepierna, la reviso muy cuidadosamente y mi rostro se horroriza al ver varias mordidas, rasguños, y una que otra quemadura de cigarro en todo mi muslo. Dejo de ver esa parte del cuerpo y me enfoco en el reflejo, todo mi ser, todo, esta magullado, tengo ojeras muy grandes, estoy muy palida, y puedo identificar un ligero temblor por la falta de sangre, insomnio y alimento, y recorde que hace tres días no he estado comiendo del todo bien, por lo que de inmediato aparto l
Me quedo sentada en la orilla de la cama, observando como Jest guarda el resto de los materiales y cierra el botiquín para luego arropar a Julia con las sábanas. —Aún sigue inconsciente, dentro de una o dos horas debería de despertar — Jest rompe el silencio recién formado, y yo me sobresalto un poco por lo inesperado de su comentario. —Pero... ¿Va a estar bien? —pregunto preocupada y con un poco de miedo. —No te preocupes, sus heridas no están tan graves como las que tuvo de recién que llego a esta casa —conto de manera muy preocupada, pero al voltearme a ver, me dedicó una pequeña sonrisa que hizo que mi corazón diera un vuelco. No dijimos nada durante unos diez minutos, mismos que para mí duraron una eternidad, hasta que escuchamos balbucear a Julia, los dos volteamos hacía la chica que yacía herida en la cama, y observamos como de poco en poco, comenzaba a reaccionar. —¿D-donde... E-estoy...? —apenas y podía hablar, la habían asfixiado tan fuerte, que apenas salía su voz, se
Despierto de nuevo en la misma habitación de siempre, procuro taparme con las sábanas y cerrar mis ojos por escasos momentos, pero de la nada escucho golpes del otro lado de la puerta que me obligan a abrirlos de nuevo. Me levanto cuidadosamente, y, con sigilo, voy directo a la puerta, en silencio giro la perilla, pero los golpes cesan repentinamente, a lo que yo retrocedo hasta chocar con el ventanal de la habitación. Salgo lentamente del shock y, vuelvo a acercarme para girar el picaporte y abrir completamente la puerta. Asomo mi cabeza por el espacio entreabierto de la puerta, y no consigo ver nada por la oscuridad que predomina en el lugar, doy unos cuantos pasos, y al tratar de acostumbrar mis ojos consigo distinguir una pequeña lámpara. La tomo y compruebo si funciona, y al presionar un pequeño botón, enciende, mis ojos se cierran por la repentina luz, y, corro por el pasillo, hasta visualizar una línea de luz proveniente de la habitación que esta frente a mí, y sin hacer ruid
Han pasado tres semanas desde que tuve ese escalofriante encuentro con William, y después de eso, ya no he tenido pesadillas, lo cual me alivia bastante, porque así puedo estudiar para mis exámenes. Lo que me tiene sin cuidado, es el que Julia no haya ido al colegio en todo este tiempo. Nadie me ha podido decir a donde habrá ido, y eso es lo que me preocupa. —Lizzy, ¿estás bien? —Syo me pregunta por décima vez en el día mientras se sienta a mi lado. —Si... Algo... —conteste en un susurro —No parece —Toma mi hombro para que voltee a verla —no has dormido bien, tiene que ver con Julia, ¿cierto? —Enarca una ceja Syo no sabe al respecto de las pesadillas, solo sabe de mis últimos encuentros con Julia, y su reciente cambio, y aunque de cierta manera sigue sin convencerle aquello, acepta que de vez en cuando, me vaya por corto tiempo a hablar con ella. —Sí, es por ella —respondo suspirando con pesadez. — ¿No has podido comunicarte con ella? —Pregunta con un deje de preocupación —No,
Despierta Me levanto exaltada por aquella extraña voz, veo a mi alrededor dándome cuenta de que aún estoy sola, todavía no suena la campana que da fin a la hora del almuerzo, pero uno a uno mis compañeros de salón van entrando y acomodándose en sus pupitres, y veo como Syo se sienta a mi lado. —Lizzy, ¿estás bien? —Pregunta con cierto tono de preocupación en su voz. —Sí, estoy bien, ¿por qué preguntas? —Luces pálida.... —Dijo con un hilo de voz. —No te preocupes, solo es falta de sueño.... — ¿Estas segura? –Pregunta no muy convencida y con su típica mueca de "Aja si, y yo soy un unicornio". —Totalmente —Respondo fingiendo felicidad. ••Al acabar el último periodo, mi grupo sale como caballos desbocados, Syo se despide de mi diciendo que le llame por cualquier cosa, a lo que respondo con un "si" un tanto cansado. Al llegar a mi casa lo primero que veo es a Verónica hacer la cena, voltea a verme en el umbral de la cocina, se acerca a mí y me da un abrazo. —Qué bueno que llegas
Último capítulo