—Te arrepientes de haber bebido tanto, ¿no? —Me toma y me coloca sobre el mueble del lavabo—. Tengo bonitos recuerdos de ti sentada justo aquí.
Frunzo el ceño, pero entonces me doy cuenta de que nuestro primer encuentro sexuaI tuvo lugar aquí, la noche de mi fiesta en el salón de Gramur. Alzo la vista y veo que me está mirando con sus ojos oscuros.
—Por fin has conseguido justo lo que querías, ¿verdad?
Me toma la cara entre las manos.
—Iba a pasar antes o después, Addison.
Toma su cepillo de dientes, pone un poco de pasta en él y lo pasa por debajo del grifo.
—Abre la boca —me ordena.
Empieza a cepillarme los dientes con suavidad mientras me sostiene la barbilla con la otra mano.
Observo que se concentra en trazar leves movimientos circulares por toda mi boca, y de repente me viene a la cabeza ese instante en la pista de baile en el que me di cuenta de que estoy enamorada de este hombre. No estaba tan borracha cuando me vino a la mente aquella revelación. Mi objetivo de evitar