Durante los siguientes días, no vi a Arya y aunque la tuve vigilada en mi ausencia, sus noticias eran iguales. Entraba a trabajar, buscaba a Gio, iba a casa y una que otra vez hacía compras en el súper. Me enviaron fotos todas las veces, pero no podía aparecerme frente a ella.
Tuve que viajar a Sicilia por unos inconvenientes con la justicia y el Sacerdocio. Nos estaban culpando de haber acabado con una banda criminal y aunque sí fuimos nosotros, que nos culpen era algo muy cruel.
Mínimo un poco más de pruebas.
—¿Viste a Arya? —Fabrizio llamó mi atención. Levanto la vista de unos papeles que estaba firmando y frunzo el ceño—. Tienes casi una semana en Italia. Nuestras mujeres saben que es por negocio, pero Arya...
—La veo por fotos —vuelvo mi atención a los papeles. Estaba leyendo la orden de arresto hacia nosotros.
—Vaya, es eres encantador —escucho a Kylian.
—Lo entiendo. Duré años con Selene de esa manera. A veces no sabemos como lograr acercarnos sin hacer daño y así, estamos pre