69• Te sostendré.
No sabía qué decir. Honestamente, ni siquiera sabía qué sentir. Tenía a Dean frente a mí, tan serio y tan seguro, ofreciéndome un nuevo comienzo como si fuera tan simple como decidir qué capítulo leer a continuación. Y yo… yo estaba allí, con el corazón atascado en la garganta, preguntándome si de verdad podíamos confiar en eso. Si podríamos construir algo que tuviera sentido. Algo que algún día, quién sabe, hasta podríamos contarles a nuestros hijos sin que sonara como un mal chiste.
Pero mientras más pensaba, más claro lo veía: todas esas dudas eran solo barreras que yo misma levantaba. Excusas para no aceptar lo que ya sabía—desde hacía tiempo, aunque me negara a admitirlo.
La respuesta era sí.
Sí quería estar con él.
Sí, aunque me diera miedo.
Sí, aunque significara reescribir lo que había sido nuestra historia hasta ahora.
Y, aun así, una parte de mí insistía en recordarme que yo no tenía idea de lo que era el amor. ¿Cómo iba a saberlo si él había sido el primero en todo? El prim