68• Solo una señal.
Dean no respondió de inmediato. Parpadeó, apenas. Luego inclinó un poco la cabeza, como si intentara descifrar algo que él mismo había sentido antes de entenderlo.
—¿No lo he hecho desde el principio? —respondió, con un tono que no era desafiante… solo sincero.
Me reí sin humor, bajando la mirada hacia mis manos.
—Si así fuera, yo no estaría aquí.
Esperaba que se pusiera a la defensiva. Que me contradijera, que me dijera que estaba exagerando, que sacara su tono frío para cerrar la conversación. Esperaba al Dean que siempre tenía un escudo listo.
Pero no pasó.
Su mirada cambió; se suavizó de una forma que me tomó desprevenida. No estaba analizando mis palabras… estaba escuchándolas, realmente escuchándolas, como si de pronto le importara lo que yo veía en él.
El silencio entre nosotros se volvió casi incómodo, pero no porque quisiera evadirlo—sino porque él no intentó romperlo.
Y entonces habló.
—Fue egoísta… —admitió al fin, con la voz más baja, casi ronca—. Lo sé.
No esperaba escuch