Elif Pellegrini
Mis pensamientos se desvanecieron mientras me entregaba a ese momento. Cada caricia de sus labios encendía un fuego dentro de mí, y la química entre nosotros era innegable. Sentía cómo su deseo me envolvía, y a la vez, algo en mí se resistía a ser absorbido por esa intensidad.
Mazhar profundizó el beso, sus manos explorando mi espalda con un toque firme pero delicado. Era como si el mundo a nuestro alrededor se desvaneciera, dejándonos solos en una burbuja de deseo.
Cuando finalmente nos separamos, ambos respirábamos con dificultad. Sus ojos brillaban con una mezcla de deseo y determinación.
—Quiero más de ti —dijo, su voz grave resonando en mi interior.
No pude evitar sonreír, aunque una parte de mí seguía sintiendo una punzada de incertidumbre. Sin embargo, el deseo era más fuerte que cualquier duda que pudiera tener.
De repente, Mazhar se puso de pie, tomando mi mano con firmeza. Me llevó hacia la mesa, y en un movimiento decidido, me levantó y me colocó sobre la s