Compras
Isa Belmonte
Despierto sola en la cama, el lado de Mario está frío lo cual indica que se fue hace mucho, me estiro en la cama para agarrar fuerza de levantarme, el estómago me ruge y me obligo a incorporarme para ir a la cocina, tengo que tomar las vitaminas y no puedo hacerlo con el estómago vacío.
Me pregunto porque mi esposo me dejó dormir tanto, deberíamos haber ido a la oficina juntos, a menos que él no haya ido a la oficina, cuando bajo al comedor empiezan a servir mi comida, pregunto por Mario y me dicen que partió a las seis de la mañana y ya son las diez.
Termino de comer, tomo mis vitaminas y voy a la ducha, Mario no contesta mis llamadas por lo que decido ir a recorrer la ciudad, llamo a Ana quien se ofrece a acompañarme, cuando estoy terminando de alistarme veo la nota que esta sobre mi mesita de noche.
Tengo asuntos que atender, estaré fuera todo el día, no te la pases encerrada por favor, usa las tarjetas y haz lo que quieras, prometo que te daré la luna de mie