5

Luca

Nunca imaginé que terminaría en este punto. Como siempre, había sido el hombre que observaba desde las sombras, aquel cuya lealtad era inquebrantable, el que seguía órdenes sin cuestionar, el que protegía sin pensar. Pero cuando Bianca asumió el poder, algo cambió dentro de mí. Y no sé si fue ella, o el poder que empezó a crecer dentro de mí, lo que alteró las cosas. Lo que sí sé es que nunca fui un hombre dispuesto a traicionar. No hasta ahora.

Mi deber era claro: protegerla. Estaba dispuesto a dar mi vida por ella, si era necesario. Pero las decisiones que empezaba a tomar, las órdenes que recibía de la familia, me estaban llevando por un camino oscuro y peligroso. Algo que no había previsto.

Las conversaciones que había tenido con mi gente aquella mañana seguían retumbando en mi cabeza. La familia no estaba dispuesta a aceptar a Bianca como líder, no sin más. Había quienes la consideraban una amenaza, y había quienes no querían perder el control. Mi lealtad no era solo hacia ella, sino hacia la familia. O al menos, eso pensaba. Ahora me encontraba preguntándome si seguiría siendo lo mismo.

Los hombres más poderosos de la familia me habían dado una misión. Una misión que iba directamente contra lo que mi lealtad me dictaba. La orden era clara: asegurarme de que Bianca no se saliera del camino, incluso si eso significaba eliminar algunas de sus decisiones. No querían que ella tuviera el control total. No la veían como una reina, sino como una amenaza que debía ser contenida.

Nunca había cuestionado mis órdenes. Pero esta vez, algo se revolvió en mi interior. Podía sentirlo, la tensión creciente que me atenazaba el pecho. Los hombres que me daban estas órdenes no entendían lo que significaba ser un Moretti. No entendían lo que significaba estar tan cerca de alguien, alguien con quien no solo compartes deber, sino algo más... algo que te obliga a protegerla a toda costa, sin importar las consecuencias.

Mi mente no paraba de recordar su rostro cuando me dijo que todo estaba bajo control. No, Bianca no estaba tan tranquila como pretendía. Sentía que la sombra de la traición era más cercana de lo que cualquiera de nosotros se atrevía a admitir. Y yo... yo estaba demasiado cerca de ella, demasiado involucrado para dar marcha atrás.

El peso de la misión que se avecinaba sobre mí era abrumador. Ya no era solo una cuestión de protección, ahora era una cuestión de sobrevivir a las decisiones que tendría que tomar. Cada vez que la miraba, sentía esa presión, esa mezcla entre el deseo de estar cerca de ella y la obligación de seguir mis principios, de no permitir que nada ni nadie pusiera en peligro lo que había jurado proteger.

La noche llegó, y con ella, la tensión en el aire se volvió aún más palpable. La familia había decidido que debía actuar, y las órdenes ya estaban claras: debía encontrar una manera de frenar a Bianca sin que ella sospechara nada. Sabía que tenía que hacerlo, pero el pensamiento de que podría ser yo quien la traicionara me llenaba de una angustia que nunca había sentido antes.

Pasé la noche dando vueltas, preparándome para lo que vendría. Pero a cada momento que pasaba, mi resolución se desdibujaba. Y ahí estaba ella, la mujer que lo cambiaba todo. En cada uno de esos momentos en los que nuestras miradas se encontraban, una parte de mí comenzaba a ceder, como si todo lo que había construido en mi vida se desmoronara.

Cuando finalmente llegué a su despacho, la vi sentada en su silla, con la mirada fija en un punto que no podía ver. Estaba sola, lo que me sorprendió. La fortaleza que siempre había mostrado estaba rota por un destello de duda en sus ojos.

Me quedé en la puerta, observándola. No tenía idea de lo que estaba pensando, pero lo sabía: el poder de la familia Moretti era un monstruo que devoraba a todos, sin importar si eran hombres o mujeres.

"¿Qué pasa, Luca?", su voz cortó el aire. No me había oído entrar, y sus palabras no eran un simple saludo. Sabía que algo no estaba bien.

Dudé por un momento, sabiendo que mis palabras debían ser cuidadosas, medidas. Sabía que si le decía lo que había en mi mente, podría arruinarlo todo. Pero también sabía que si no lo hacía, terminaría haciendo lo que no debía.

"Solo me aseguraba de que estuvieras bien", dije, acercándome a ella con pasos lentos. La distancia entre nosotros se había reducido, pero no podía acercarme más. No sin romper todo lo que había construido en torno a mi lealtad.

Bianca levantó la vista, sus ojos me recorrieron de arriba abajo, buscando alguna señal de lo que estaba ocurriendo. Pero no dije nada. La última cosa que necesitaba era que supiera lo que me estaba atormentando.

"Te conozco demasiado bien, Luca", dijo en voz baja, como si sus palabras fueran más de una declaración que de una pregunta. "Sé cuando algo te molesta."

Hubo un silencio incómodo. La tensión en el aire se volvió insoportable. Si le contaba lo que estaba a punto de hacer, ya no habría vuelta atrás. Si decidía seguir las órdenes, la perdería. Pero si elegía protegerla, perdería mi lugar en la familia. ¿Y qué significaba eso para mí?

"Es complicado", respondí finalmente, mi voz más baja de lo que esperaba. La verdad es que no sabía cómo explicarle lo que sentía sin ponerla en peligro. Sin ponerme a mí en peligro.

Bianca se levantó lentamente, dando pasos hacia mí. Cada movimiento suyo era una amenaza, una provocación. Y no pude evitar sentir cómo la atracción entre nosotros crecía, como si cada palabra que no decíamos fuera una promesa rota. No sabía si quería besarla o alejarme de ella.

"Lo sé", susurró, deteniéndose a unos centímetros de mí. "Tienes que hacer lo que te han dicho. Pero eso no significa que tengas que hacerlo en mi contra."

El roce de su voz me alcanzó como un suspiro, y por un momento sentí que el tiempo se detenía. ¿Cómo podría hacerle esto? ¿Cómo podría traicionarla?

Era el dilema que había estado evitando, y ahora se me presentaba frente a mí, claro y sin reservas. La mujer que había jurado proteger ahora me desbordaba, y no sabía si mi lealtad a la familia, la que me había moldeado toda la vida, podría competir con lo que sentía por ella.

"Bianca..." Comencé, pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta.

Su rostro estaba tan cerca del mío que podía sentir su aliento, caliente y rápido, chocando contra mi piel. El deseo entre nosotros era palpable, pero más fuerte que todo eso estaba el conflicto que nos envolvía.

"Solo dime la verdad", susurró. "¿Qué vas a hacer, Luca?"

Y en ese momento supe que no tenía respuesta. No sabía qué haría, pero algo dentro de mí me dijo que esta noche, el precio del poder se cobraría de una manera que ninguno de los dos esperaba.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP