LUCA
El whisky giraba en el vaso como un remolino ámbar, hipnótico bajo la tenue luz de la lámpara. Luca observaba el líquido con la mirada perdida, sentado en el sillón de cuero de su apartamento. Las cortinas entreabiertas dejaban filtrar la luz de la luna, dibujando sombras alargadas sobre el suelo de madera. El silencio de la noche solo era interrumpido por el ocasional tintineo de los cubos de hielo contra el cristal.
Bianca Moretti. Su nombre resonaba en su mente como una maldición y una bendición al mismo tiempo.
—Maldita sea —murmuró, dando un largo trago que le quemó la garganta.
La reunión de esa tarde había sido otro enfrentamiento de voluntades. Bianca, con su vestido negro ceñido y su mirada desafiante, había cuestionado cada una de sus sugerencias frente al consejo familiar. No importaba que sus estrategias para neutralizar a los Russo fueran impecables; ella necesitaba demostrar quién mandaba.
"No me convence tu enfoque, Luca," había dicho con aquella voz fría y control