Rocco cierra los ojos y no habla con nadie durante los casi veinte minutos de camino que los lleva desde Scilla hasta Giogia Tauro, una zona de Regio de Calabria, territorio de la familia Ruggiero, quienes son conocidos y respetados por todos los clanes de la Ndrangheta por su neutralidad.
Su jefe, don Ernesto, no ha sido visto en las últimas semanas, se murmura que se encuentra enfermo y su hermano Giorgio, se ha estado encargando de los negocios, aunque en la opinión de Rocco, Giorgio podría no estar de acuerdo con Ernesto y aliarse a un clan en el momento en el que su hermano fallezca.
Es pasada de la media noche, Rocco se siente agotado, su enfrentamiento con Matteo y luego el tiempo que pasó con Caterina, sus tíos y el chico de los Caligiuri empiezan a pasarle factura. Busca en un compartimiento del Ranger Rover una bebida azucarada y se la bebe de un solo golpe. Salvatore lo observa inquieto, esperando que Rocco no haya olvidado