— Vas muy rápido — le dice Caterina. Al igual que los aviones y los sitios cerrados, la velocidad en ocasiones también la altera y le genera pánico.
— Lo siento, hija. Nos están siguiendo. — Giovanni conoce los temores de su hija, sabe lo que le afecta la velocidad. Pero en este momento el auto que los sigue los está alcanzando y sería un mal peor. — Llama a Rocco o a Salvatore. Toma mi teléfono
— ¿Crees que está bien? — pregunta, mientras mira por el espejo retrovisor cómo el auto se acerca a ellos.
Llama a Rocco y, como ha pasado en las últimas horas, no le responde. Con Salvatore le sucede lo mismo y Caterina se siente realmente mal. Haut du formulaire
— ¡Nos están alcanzando! — dice con voz tensa y ronca. — Y nadie me responde el estúpido teléfono.
Los coches se adentran en una curva