Capítulo cincuenta y ocho: Hazme el amor

En segundos, Rocco sale del auto y empieza a correr. La imagen de Caterina se desdibuja en su mente, sus ojos se humedecen y él, que no es un hombre muy creyente, empieza a pedir por qué ella no se encuentre en el auto y, si lo hace, que esté viva, que no esté herida. Rocco no siente nada, ni el golpe de las ramas, ni la dificultad y peligro del terreno; él solo desea llegar al mar, llegar al auto y sacar a su mujer de ahí.

Salvatore ordena a varios de los hombres seguir a su jefe  y llama a una ambulancia. Mientras él hace lo mismo, corre hacia la playa y desciende por el barranco, golpeándose con ramas y rocas.

Caterina y Giovanni logran salir del auto y emergen a los pocos segundos, tosiendo, jadeando, vivos.

— Caterina, ¿estás bien?

— Sí. Pero, no estoy segura de poder nadar hasta la playa. — Ella no es una buena nadadora, pero sabe que si quiere seguir viviendo, debe intentarlo.

— Vamos, sostente de mí si te cansas, pero no me hundas — le

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP