El entierro de don Cesare Ruggieri, el padre de Gianluca, es discreto y contrario a los otros entierros de los jefes que solo se hace con la familia, este contó con la presencia de los capos de las familias de la Cosa Nostra que se encontraban en Italia y con un extenso grupo de seguridad, y Caterina pudo constatar que se encuentran en Messina, en Sicilia.
Ella lleva un velo negro que cubre su cara, está tensa, su respiración es acelerada y su dolor de cabeza ha aumentado.
No conoce a las mujeres que la acompañan, las mujeres de las familias de la Cosa Nostra no han venido al entierro, pero los capos sí y Caterina puede ver a don Ettore, a don Pietro, a Nino y, sobre todo, a Rocco. Hay otro hombre muy adulto, acompañado de un hombre que podría tener la edad de su padre, pero nunca lo había visto.
El entierro se está realizando en un mausoleo del cementerio, todos entraron por unas p