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Capítulo 13.

Jenn: 

Sali de mi antigua habitación hacia la cocina, el olor de la comida que preparaba mi mamá, era deliciosa, extrañaba tanto comer lo que ella cocinaba. 

—¿Que preparas? —intente acercarme pero ella me lo impidió con el cucharón.

—Alejate de la cocina Jenn, ve a ayudar a tu papá.

—Yo vine a visitarlos mamá.

—¿Y eso que? Señorita, tiene que hacerlo.

Le asentí, salí de la casa y me encamine hacia el granero donde estaba mi papá recogiendo los animales, ya estaba por anochecer y debían estar dentro del mismo. Mi papa sonrió al verme, ya se le notaban sus canas ya, aunque sigue pareciendo un hombre joven. 

No voy a mentir, extrañaba estar aquí, volver a respirar aire puro y limpio, escuchar a los animales, ver todo este hermoso paisaje y estar con mis padres. 

Mi papá tiene una pequeña granja en Texas, en la ciudad de Dallas. Toda hermosa y pequeña, a el le encanta cosechar frutas y verduras, el tiene un pequeño puesto en el centro de la ciudad donde vende todo lo que cosecha, siempre esta los fines de semana junto con mamá. Gracias a ese pequeño puesto es que pude entrar a la universidad. 

—¿Vienes a ayudarme? —le asentí— Ya termine aqui linda. 

Me sorprende tanto en como ha crecido la pequeña granja, hay más animales que antes, incluso mi papá se pudo comprar una yegua, que fue realmente suertudo, la yegua estaba preñada y tuvo un potro precioso. 

Yo jamás me avergoncé de estar aquí, de donde venía, por que ellos me sacaron adelante con lo que pudieron. Son las personas que mas amo en el mundo. 

—Deberias dejar a Bob aqui conmigo, esta demasiado obeso linda, eso no es bueno para el gato. 

—No pienso dejar a mi hijo aquí —le ayude a meter a una cabra—, me sentiría sola en mi departamento. 

—Entonces sacalo a pasear una vez al dia.

—No me da tiempo papá. 

—Entonces dejalo aqui, lo vienes a buscar después.. —se encogió de hombros—, te enseñado que un animal no es un juguete, un gato no puede estar tan obeso. 

Traje a Bob conmigo, no pensaba dejarlo allá así que me lo traje, el regaño que me dieron mis padres al verlo fue enorme por que mi hijo está demasiado obeso. 

Mi papá adora a los gatos y se que con Bob aqui estara feliz, ama consentir a todos animales y Bob no es la excepción. 

—Se que eres responsable —me dijo antes de que le respondiera—, pero sabes que eso no es sano.

—No quiero dejarlo..

—Solo piensalo, vamos a cenar. 

Regresamos a la casa, mamá ya estaba poniendo la mesa. Bob estaba detrás de ella maullándole para que le diera un poco de lo que ella había cocinado, gato traidor, a mi no me molesta cuando cocino. 

Mamá había preparado pollo en salsa de arándanos, mi favorito. 

—¿No te han llamado? —me preguntó, yo negué. 

—Aun me cuesta creer que mi hija, le guste dos hombres —dijo mi papá mientras se sacaba el sombrero.

—Dejala cariño, ella es una adulta, que eso pase no tiene nada de malo.

Mis padres sabían mi enorme dilema, se que podía contarles sin que e juzgaran, ellos saben que no soy una mala persona. Les tengo una enorme confianza a mis padres y ellos me apoyan sea cual sea mi decisión. 

—Se que no tiene nada de malo Jenna, pero no quiero que le rompan el corazon a mi niña —me miró, yo le sonreí—, si eso pasa los mato. 

—Papá por Dios.

—Frederick, deja de decir tonterias... 

Crei que despues de despedirme o terminar lo que sea que hayamos tenido, no volvieron a llamarme, confieso que quise hacerlo, quise llamarlos para saber, pero no encontré el valor para hacerlo ¿que pasa conmigo?

Por mas que lo intente, ninguno sale de mi mente, por mas que he tratado de no pensar en ellos, no lo logre. Es como si me costara desprenderme de algo, esos dos me han dejado muy mal. 

Pero debo mantenerme firme con mi decisión. No puedo caer de nuevo, mientras mas lejos este de ellos mejor. 

(...)

Miraba la televisión con mi papá, después de cenar decidimos que veríamos una película, mi papa es amante de las películas de ciencia ficción, esa es su pasión. 

—Linda deberias ir a salir, no lo se divertirte ¿eh? ¿que piensas?

—No lo se papá, vine aquí es para pasar tiempo con ustedes, no para esas cosas. 

—Te has vuelto muy aburrida —me rei—, pero dime algo, entre nos ¿en serio no te decides por ninguno?

—No papá, prefiero quedarme sola.

—Vas a terminar como la tía Mayra, sola y llena de gatos obesos. 

—Tampoco asi papá... Solo no quiero lastimar a nadie. 

—Entiendo ¿quienes son? Enseñame una foto.

Busque en mi teléfono una foto de Ryosuke, la que nos tomamos en la feria, yo le tomé una sin que se diera cuenta, mi papá la observó con cautela. 

—¿Es chino?

—Es Japones, se llama Ryosuke. 

—Ryo.. suke —me miro, yo asentí—, está simpático aunque esa tinta en los brazos, pienso que es demasiado... A ver el otro. 

Le busque una foto de Dak Ho y se la mostré.

—Joder —se rió— ¿es millonario? —le asentí— ¿es chino?

—No papá, es Coreano —el asintió mirando de nuevo la foto.

—Este me gusta mas para ti —yo rodé los ojos—. Elegante, con clase, es buen prospecto linda.

—¿Y Ryosuke? 

—Pues sabes que la tinta no es lo mio, pero se ve que tiene buen corazón, aunque el otro parece sociópata —ambos reímos—, pues ambos lucen bien en ti, tu eres un diamante precioso, no cualquiera puede tenerte linda. 

Amaba los halagos de mi papá, siempre me decía que no debía involucrarme con cualquier hombre, no con uno que me diera una mala vida, si no con uno que esté dispuesto a dar su vida a cambio de la mía y que me hiciera feliz. 

Así como hace feliz a mi mamá.

—Pero ya en serio mi niña, tienes que pensar que es lo que harás, no quiero que salgas lastimada. 

—Ese es el problema papá, que no se con quien estar... Como le dije a Mia, es como si dos personas me gustaran siendo una. Dak Ho y Ryosuke son personas realmente distintas, en todos los aspectos, pero ambos me gustan por igual. 

—Tienes un enorme dilema hija mía —le asenti.

—Mia hasta me dijo que intentara la Poligamia —solté una risa seca— ¿te imaginas papá? ¿Yo estando con dos hombres? No.

—Creo que me daría algo, pero si eso es lo que te hace feliz, no tengo por que meterme en esto —me dio una sonrisa, dejándome fría.

—Papá no hablas en serio. 

—Claro que hablo en serio linda, tu padre es un hombre actualizado —miró hacia la pantalla—, no seria sencillo, pero yo no estaría en contra de eso, jamas estaria en contra de lo que te haga feliz.

Mi papá es el mejor, en serio lo amo con toda mi alma. No pensé que me diría algo como esto, pero estoy aliviada de que me diera su apoyo y comprensión.

Pero..

Aun así yo lo quisiera, dudo mucho que ellos quieran tener una relacion de ese tipo conmigo, Eso de una relacion Poliamorosa con ellos dos, seria un poco dificil, ya que ambos son demasiado territoriales, posesivos, controladores, sobre todo Dak Ho, quien es el señor amo de todo, que desea que todos actúen y hagan lo que quieran, no hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta de eso. 

Uno va a querer exclusividad, otro más compañía... De solo pensar juntar a ese par, me da dolor de cabeza. 

Aunque por otro lado, viéndolo desde el aspecto del sexo. Ambos son unos animales en la cama, no hay comparacion, los dos me hicieron correr, me follaron como bestias. Y pensar en que tengo la posibilidad de tener sexo con ambos, me encanta. 

Pero no puedo soñar tan alto, esos dos jamas harian algo como eso, ambos se odian aunque quisiera saber por que, por que dudo que sea por mi, hay algo más que me gustaría saber, pero no se si pueda verlos de nuevo.

Renunciar al periódico no es una opción, es un trabajo por el que he luchado y dejarlo por ellos no es una opción. 

Aun estoy hecha un lio.

(...)

Decidí salir de casa por esta noche, quería saludar a algunas personas que hace tiempo no veia, tambien ir al bar del pueblo, aquí solía venir cuando estuve en la universidad, aunque hay personas a las cuales no les agrado demasiado, quizá por que sea demasiado sincera en lo que pienso.

Muchos de los compañeros con los que estudié, se quedaron aquí, ejemplo es Samuel, quien se burlaba de mi llamándome gorda y se la vivia diciendo que el seria alguien exitoso, ahora trabaja con mi papá, cosas de la vida. 

La mayoría de las chicas populares, están casadas con sus novios del colegio e incluso tienen hijos, muchas de ellas me deseaban cosas malas, es curioso como la vida da vueltas. 

Jamas le desee el mal a nadie, por que siempre fui y soy fiel creyente de que lo que desees, siempre se te regresa, como el Karma, asi que deje que todas esas personas que me dijeron que jamas me iria bien, obtuvieron su propio karma.

—Pero si es Jenn Foster, la hija del granjero Frederick.

Que casualidad, todos los populares dentro del bar, no se por que no me sorprende que esten aqui.

—Orgullosamente —respondí con una sonrisa.

—¿Que te trae por aquí? No me digas que te fue pésimo en la gran manzana —Dylan rió.

—Tan mal que soy la directora de mi periódico —rei un poco—, es un trabajo difícil pero con una paga que hacen que mis bolsillos pesen —sonreí de lado.

Odio ser presumida, pero quiero hacerles tragar sus palabras.

Aun recuerdo la paliza que le dio mi papá al suyo, Dylan se encargo de esparcir el rumor de que no era hija de mi papá, ya que mi papá es un hombre afroamericano y mi mamá es rubia literalmente. Eso llegó a oídos de mi papá y fue hasta su casa en donde salió su papá queriendo ofender a mi mamá por el rumor que creó su hijo, me puse feliz de ver al padre de Dylan con un brazo roto.

—¿Jenn? 

Voltee hacia aquella voz.

—¿Scott? — fruncí el ceño, luego sonreí— ¡Scott! 

Corrí hacia el para darle un fuerte abrazo, la ultima vez que vi a Scott fue en la graduación. Nos separamos del abrazo, mi pelirrojo hermoso, ha cambiado demasiado. 

—La parejita se ha reencontrado. —escuchamos risas.

—Vete a la m****a Dylan —me miro—, Dios mirate, estas hermosa.

—Tu igual ¿desde cuando estás aquí?

—Busquemos una mesa —le asenti.

Colgué mi brazo del suyo y nos fuimos a una mesa, estaba emocionada de poder verlo de nuevo. Ambos nos sentamos en una mesa algo alejados de todos. 

El pidió un par de cervezas. 

—No puedo creer que estas aqui Scott.

—Yo no creo que estes aqui —sonrio—, necesito que me cuentes todo Jenn. 

Ambos nos pusimos al dia, le conte todo lo que he estado haciendo desde que nos graduamos del colegio, el tuvo que irse a Canada por que se había ganado una beca para estudiar la misma carrera que yo. Ambos trabajamos en el periódico de la escuela, éramos los mejores en eso.

Ambos tuvimos una relacion algo corta, ya que nos confesamos una semana antes de graduarnos, fueron dos semanas llenas de recuerdos lindos, se puede decir que el fue mi primer amor. También fue mi mejor amigo. 

Trabaja en un importante periódico en Vancouver como editor en jefe, dice que le va muy bien haciendo lo que le gusta.

—No me lo creo ¿comprometido?

—Así es, se llama Nora, es de Canadá, ambos trabajamos en el mismo periódico. Es una chica increible. 

—No sabes lo feliz que me hace saber que te has enamorado —hice un puchero y el rio—, espero que me invites a la boda, no puedo perderme la boda de mi mejor amigo.

—Por supuesto, ahora que estas aquí podemos recordar viejos tiempos —me sonrió— ¿recuerdas el roble en los acres de tu papá?

—Como olvidarlo.

—Quiero ir y trepar aunque no creo que pueda, ya estoy en esa edad en que todo me truena. 

Ambos reímos.

Siempre es agradable estar con personas que te rodeen de esa vibra hermosa, que hace que te sientas bien y seguro, me alegra volver a verlo. 

—¡Oh! —ambos nos señalamos al escuchar una canción de Country— ¿Te acuerdas? 

—Como no —rei— ¿como eran los pasos?

—Tenemos que bailar Jenn, es la que bailamos en el concurso, con esa ganamos, ven —le dio un trago a la cerveza, yo igual, me tomo de la mano y ambos fuimos hasta el centro del bar en donde todos bailaban. 

Ambos empezamos a bailar tratando de recordar los pasos, me reí al ver a Scott moverse como palo, al parecer había perdido el ritmo. 

—Mejor sentémonos —el asintió, ambos volvimos a nuestra mesa. 

Al llegar me detuve de forma abrupta al ver a Dak Ho y Ryosuke parados en la mesa, ambos estaban serios, muy serios. 

Dak Ho estaba de brazos cruzados, usaba una camisa blanca y Jeans negros. Ryosuke usaba una de mismo color pero con los botones sueltos y su cabello recogido. 

Esperen...

¿Que hacen aqui? 

—¿Los conoces Jenn? —asentí mientras seguía mirándolos. 

Me acerque mas a ellos, sus caras eran de molestia, no dejaban de mirar a Scott. 

—¿Que hacen aqui? 

—Vinimos a buscarte —Ryosuke fue el primero en hablar—, pero no estabas en casa. 

—¿Fueron a casa de mis padres? ¿Están locos o que?

—¿Por que carajos bailabas con el? —Dak Ho me miró, luego volvió hacia Scott.

—Por que quiero y puedo y deja de mirarlo así Dak Ho —no le quitaba la mirada a Scott.

—Vienes con nosotros —Ryosuke me tomo de la mano.

—Esperen no... —me solte de el— ¿Por que vinieron?

—¿Estás segura de que los conoces Jenn? —voltee hacia Scott. 

—Son mis jefes —dije.

—¿Tus jefes? —la cara de indignación de Ryosuke era notoria. 

—Es lo que son ¿no? —estaba empezando a ponerme nerviosa.

Esto es increible, crei que estaban locos, pero no pensé que tanto. 

—Nos vamos.

—No me ire a ningun lado con ustedes.

—Oh nena, no me desobedezcas, no te gustara que te tome por las malas —Dak Ho sonrió de lado. 

Mi cuerpo se estremeció al escucharlo. 

¡No Jenn! ¡No caigas!

Ryosuke tomo mi mano para sacarme del bar, detrás de el venía Dak Ho hecho una fiera. Me despedí con la mano de Scott. Al estar afuera me solte de el.

—¿Por que me sacaste de allá? Estaba con mi amigo.

—¿Amigo? —Dak Ho alzó una ceja.

—Estabas muy cariñosa con el allá adentro —Ryosuke se puso las manos en la cintura— ¿Como es eso de jefes?

—Ustedes son mis jefes ¿acaso se les olvido? Pero no me desvien el tema ¿que es lo que hacen aqui? 

—Sube al auto, iremos al hotel.

—No iré con ustedes a ningún lado —me crucé de brazos—, hasta que me expliquen el por que estan aqui. 

—Sube al maldito auto Jenn —Dak Ho demandó—, no me hagas hacerlo por la fuerza.

—Atrévete y te pateo los huevos. 

—Te encanta desafiarme, ya tendrás tu castigo... 

—Si no me dicen que hacen aqui, bien, me ire a casa de mis padres, adios. 

Me di la vuelta para caminar hacia la casa de mis padres, no estaba lejos del bar así que llegaría rápido. No entiendo qué hacen estos dos aquí, si lo que quería era paz, nada más.

—Te queremos —detuve mis pasos al escuchar a Ryosuke, voltee a verlo perpleja—, queremos estar contigo, los dos. 

No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando. 

—¿De que hablan? 

—De que ninguno está dispuesto a alejarse de ti —mire a Dak Ho—, el no quiere dejarte y yo menos Jenn, así que llegamos a un acuerdo, de que queremos estar contigo. 

—Esto es una broma ¿no es así? 

—No lo es Jenn —Ryosuke negó—, lo estuvimos hablando todo el camino y decidimos estar los dos contigo... Si tu estas de acuerdo. 

—Es una locura lo que me dicen —me rei—, ustedes se odia, eso de compartirme eso es loco. 

—Lo es —respondió Dak Ho—. Pero ninguno desea dejarte por nada del mundo. Así que haremos un enorme esfuerzo por compartirte y llevarnos bien. 

Esto es difícil de procesar, difícil de digerir Dios, este par esta loco. Dak Ho tomo mi mano y me llevó hacia el auto en el que supongo que han venido.

Abrió la puerta de atrás y me indico que entrara, me senté en el medio de los asientos, luego se subieron ellos dos, sin verlo venir Dak Ho tomo mi rostro para unir sus labios con los míos, el beso que me estaba dando empezó de forma posesiva, no pude resistirme y abrí mi boca para que metiera su lengua dentro de mi boca ganándome un gruñido de su parte.

Sentí los labios de Ryosuke sobre mi cuello, este lo besaba y lo succionaba con deseo, mi cuerpo se estremeció al sentir su lengua en mi cuello. Poco a poco estaba perdiendo los sentidos. 

En este momento maldije por traer vestido, un par de manos empezaron a tocar mis piernas y subir por mis muslos hasta adentrarse a mis bragas. No se como paso pero mis bragas dejaron mi cuerpo. 

Dak Ho me soltó la boca, para darle paso a Ryosuke, este me dio una sonrisa de lado y luego me beso con torpeza pero de forma ruda, gemi cuando los dedos de ambos se metieron dentro de mi sexo empapado.

—¿Te gusta ser tocada por nosotros nena? —Dak Ho susurró en mi oído—, claro que si, estas mojada... 

No sabía cómo responder, no sabia que decir, pero lo que si sabia es que no quería que ninguno parara, pero esto no sería suficiente. 

Los dedos de ambos entraban y salían de mi con fuerza, no se quien tocaba mi punto sensible pero se sentía demasiado bien. Ryosuke me soltó la boca, me concentré en el frente mientras ellos me daban estocadas con sus dedos. 

Mi vestido fue bajado de mis pechos para dejarlos libres, la mano libre de Dak Ho lo hizo pedazos así dejando mis pechos desnudos, ambos gruñeron al unísono al ver mis pechos desnudos y sin verlo venir sus bocas se metieron en mis pechos. 

—Mierda —solté un fuerte gemido. 

Sus lenguas y dedos estaban haciendo estragos en mi, ninguno bajó la velocidad de sus estocadas, mi vientre se tensó hasta que deje salir mi orgasmo. Los espasmos en mi cuerpo eran descontrolados al igual que mi respiración. 

Demonios... 

Ellos hablan en serio. 

Están dispuestos a compartirme.

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