Luca

La noche en Nápoles era húmeda, pero el aire no me molestaba. Estaba acostumbrado a la presión, al peligro. Pero esta vez había algo diferente, algo inquietante en el aire, una sensación que me rozaba la piel con cada paso que daba. Había ido allí con un solo objetivo: descubrir la verdad detrás de los documentos falsificados que habían aparecido en las manos equivocadas, documentos que apuntaban directamente a Isabella. Y todo esto, por supuesto, para incriminarla.

Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia mientras caminaba por las callejuelas de Nápoles, con la cabeza agachada, moviéndome rápidamente entre las sombras. Mi respiración era constante, controlada, pero mi mente no podía dejar de dar vueltas. ¿