Capítulo 53: Dudas.
La rutina en la mansión de Noah se sentía inusual para Amelia. Las palabras del hombre resonaban en su mente: "Eres el amor de mi vida ahora".
Habían logrado calmarla momentáneamente, pero la inquietud, como una brisa fría, no se había disipado del todo. Decidió sumergirse en su clase de floristería, buscando en el aroma de las flores y la concentración del trabajo manual un respiro para su mente.
Llegó a la pequeña y acogedora escuela de floristería en el corazón de Boston, donde los tallos frescos y los pétalos coloridos eran un bienvenido contraste con el ambiente cargado de la mansión de Noah.
Se dirigió a su mesa de trabajo, el delantal puesto, lista para olvidar, aunque fuera por unas horas, la compleja red de secretos en la que se había visto envuelta.
Estaba concentrada en la selección de unas orquídeas cuando una figura se deslizó discretamente por la puerta. Su entrada fue tan sigilosa que apenas la notó hasta que sintió una presencia a su lado. Al levantar la vista, su cora