Capítulo 9. La inseminación.
Al día siguiente, Erika, que acaba de llegar a Boston, se encuentra con Amelia, quien le describe con entusiasmo la ciudad y su nueva vida. Sin embargo, la alegría de Amelia se ve ensombrecida por la tristeza que le produce el trato de su jefe, lo que genera una expresión de preocupación en el rostro de Erika.—Ahora sí me vas a decir qué te sucede. Me tienes muy preocupada, en serio. ¡Habla ya, por favor!—Es muy difícil de explicar, Erika. Te lo diré, te lo prometo, pero ahora no puedo.—¿No puedes ahora? Amelia, me estás poniendo nerviosa. ¿Qué es tan grave que ni siquiera puedes hablar de ello?—Por favor, confía en mí. No es algo que pueda explicar así como así. Necesito tiempo para procesarlo y encontrar las palabras adecuadas.—Está bien, Amelia. Pero no tardes mucho, por favor. Necesito saber que estás bien.—Lo sé, Erika. Gracias por preocuparte. Te prometo que te lo contaré todo pronto.Pocos minutos después, Amelia y Davis se dirigieron a la clínica de fertilidad. Noah, lle
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