Capítulo 83. La Boda Soñada.
El sol de Boston, cálido y generoso, bañaba los jardines de la mansión Koch, transformándolos en un lienzo de ensueño para el evento más esperado: la boda de Noah y Amelia.
Después de la turbulencia, el dolor y la victoria sobre las sombras del pasado, este día era el símbolo de su amor indeleble, una celebración de la vida y la familia que habían forjado con resiliencia.
Amelia, ataviada en un deslumbrante vestido de novia de encaje y seda, se miraba al espejo con una sonrisa que le iluminaba el rostro.
Sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y una paz profunda. Lucero, con sus propias lágrimas de felicidad, ajustaba el velo, mientras Alma sostenía una pequeña corona de flores frescas, tejida con amor para la ocasión.
—Mi niña, estás… estás más hermosa que nunca —susurró Lucero, secándose una lágrima.
—Siempre soñé con este día, Amelia. Mereces toda la felicidad del mundo —añadió Alma, con voz suave y llena de cariño.
Amelia las abrazó a ambas. —Esto es gracias a ustedes también