9. ¿Por qué estaba tocándote?
Polina lo miró de manera penetrante, intentando conseguir eso que tanto quería en sus ojos, pero se sintió ansiosa al ver lo imperturbable que Marco frente a ella, sin embargo, la esperanza no desapareció por completo.
Su mano grande seguían aferrada a su cintura como si no quisiera dejarla ir.
—¿Por qué estaba tocándote? —la pregunta expresada con esa seriedad puso su corazón a tambalear.
“Tengo que estar soñando porque no hay manera que esto esté sucediéndome.”
Polina fingió indiferencia como si cada parte de su cuerpo no estuviera clamando por él. Con el ceño fruncido le respondió.
—No tengo porque darle explicaciones, señor Ricci. No soy nada suyo, ni siquiera su empleada. Es usted quien no debería estar tocándome.
Marco apretó la mandíbula por su respuesta, no había podido soportar verla bailando con otro, ni mirándolo, ni sonriéndole la necesidad insana que sentía por esa mujer estaba haciendo que su control habitual flaqueara. Cuando le había visto siendo seducida por otro senci