78. Cargados de deseo
—Sí, Val —gimió ella mirándolo a los ojos completamente perdida en el deseo que estaba experimentando su cuerpo.
—Dilo. Dime que me quieres dentro de ti.
—Te quiero dentro de mí, ahora —soltó demandante y desinhibida.
Un gruñido salió de la garganta de Valerik mientras se hundía en ella de una sola estocada.
Rashel gritó su nombre aferrándose a sus hombros, sintiendo cómo la llenaba por completo, como la poseía.
Valerik se deshizo de su brasier con una sola mano y cuando sus labios rodearon uno de sus pezones, Rashel arqueó la espalda con un gemido ronco.
Él se movía como si supiera exactamente qué hacer para volverla loca.
Como si su cuerpo le perteneciera desde siempre.
—Valerik —susurró.
Valerik gruñó, enterrando su rostro en su cuello mientras aceleraba el ritmo.
Solo se apartó ligeramente para voltearla poniéndola sobre sus rodillas, alzándole la cadera.
—Quiero ver cómo me tomas. Quiero grabar este maldito momento en mi cabeza para siempre.
Se hundió de nuevo en ella,