72. Volver
Valerik no soltó su mano desde que bajaron del auto, tampoco podía dejar de mirarla.
El brillo había vuelto a su expresión desde que Rashel sabía que el hijo de ambos estaba vivo y ahora se veía más hermosa que nunca.
Había insistido en volver porque quería contarles la noticia a los Romanov, quería hacerlo bien.
Si hubiera sido por él no habrían salido de aquella cabaña en días.
Necesitaba a su princesa para él solo durante mucho tiempo.
La posesividad por ella aumentó tras saber que iba a hacerlo padre.
—¿Segura de esto? —preguntó Valerik ajustándole el abrigo con gesto protector—. Podemos dar la vuelta y subirnos al auto. Te llevaré de luna de miel a donde quieras, princesa. Solo tienes que decirlo.
Él rozó con el dorso de su mano su mejilla cálida y Rashel asintió sintiendo como su cuerpo respondía al más mínimo toque de él.
Apenas podía ocultar una sonrisa.
Estaba demasiado feliz incluso en medio del nerviosismo.
—Son mis padres, Val. Merecen saberlo en persona, pero des