El abuelo Loren.
El día después de navidad…
Estaba terminando de decorar algunas murallas del salón del orfanato junto con Candy y otros niños, cuando siento un escalofrío recorrerme por todo el cuerpo.
¿Por qué sentía que alguien me estaba acuchillando por la espalda? Es que la sensación era horrorosa y yo no era una niñita para sentir esas cosas ¡Carajos! «Quédate quieto que te vas a caer de la escalera, rojito » me gritó mi conciencia, pero como yo era un obstinado de mierda me atrevo a mirar de reojo cuando Candy me entrega las guirnaldas.
Y fue ahí cuando veo a la culpable de mi dolor lacerante en la espalda. Esa vibora de cascabel, la loca que me trae de cabeza junto a una chica que no conozco. Pongo un poco de atención y las escucho hablar, mientras la recién llegada me indica con cara de molestia.
¿Qué había hecho ahora? Había sido todo un caballero, me había mantenido a cierta, más bien una pequeñita distancia de ella. Le habia ofrecido la pipa de la paz en nochebuena y tengo a dios de testig