—Campanitas, campanitas, suenan sin cesar…
—¿Y eso? ¿Qué te trae de buen ánimo Chris?
—Es el espíritu navideño, querida Shannon, me re encantaron estas fiestas y más aún sabiendo que porotito puede nacer en cualquier momento ¿Te imaginas que sea el día de navidad? Un Jesús o una Jesusita llegando al mundo de mi virginal hermano.
—No se te ocurra decírselo a tu hermano, mira que anda como alma en pena— se acerca a mi y cuchichea—no sé por qué creo que Vannah le está chupando hasta la conciencia en estos días, el pobre ha llegado todas las mañanas como fuera un fantasma.
No puedo con esto, me largo a reír a carcajadas y los pocos que están en el piso me quedan mirando con cara de loco. Es que de solo imaginar a mi hermano que hace un año no le había visto “el ojo a la papa” y ahora tenerlo como un adicto al sexo me hacía reír más todavía.
—No seas así con tu hermano, tan lindo que es y tan bueno con todos—me recrimina la que acaba de decir todas esas barbaridades y yo le salgo con una d