Alexander.
Me quedé sentado mientras mi hermana conversaba animadamente con un grupo de damas. Solté un suspiro, tomé mi móvil y vi una llamada perdida de Dean. Sin ganas de hablar con nadie, le mandé un mensaje rápido por WhatsApp: “No quiero que me molesten. Estoy cansado. Cualquier cosa, me avisas después de la tarde.”
Su respuesta llegó casi de inmediato: “Está bien, señor. Descanse, no es nada importante.”
Dejé el celular a un lado y cerré los ojos. El aroma fresco de las plantas y el aire cálido acariciaban mi rostro, relajándome más de lo que pensaba. Sin darme cuenta, me quedé dormido.
Veo a una mujer hermosa. Su cabello rojizo brillaba bajo el sol mientras corría por un jardín lleno de girasoles. La imagen era tan perfecta que casi parecía irreal, hasta que una serpiente apareció rodeándola. De repente, todo se tornó oscuro, el aire se impregnó de un olor a sangre y un grito desgarrador llenó el vacío. Ella grito mi nombre, estaba asustada, corrí a ayudarla pero su imagen s