Capitulo 22: El regreso del vigilante.
El eco de las palabras de Julián aún retumbaba en mi cabeza: “Hoy voy a ver a Clara. Quiero que lo sepas.”
No sabía si lo decía para herirme o para demostrarme que todo estaba bajo su control. El nudo en mi garganta era insoportable. Necesitaba aire, necesitaba respuestas… necesitaba a alguien que no me mirara como a una prisionera.
Bajé al estacionamiento con el corazón en la boca. Encendí el auto sin rumbo fijo. Conduje durante más de media hora, sin música, sin destino. Hasta que lo vi.
Apoyado contra su coche, fumando como siempre, con esa calma peligrosa que parecía anticipar cada paso. Sebastián.
Frené en seco. No sé si fue casualidad o si me había estado siguiendo.
—Sabía que terminarías buscándome —dijo, exhalando humo al verme salir del coche.
—Yo no… —Mi voz se quebró—. Yo no sabía a quién más acudir.
Él apagó el cigarrillo y se acercó. Su mirada era intensa, como si me atravesara la piel.
—¿Qué hizo ahora?
Bajé la vista, incapaz de sostenerla.
—Me dijo que vería a Clara. Qu