Mundo ficciónIniciar sesiónEl reloj marcaba las diez de la mañana cuando Evelyn llegó a la pequeña casa donde ahora vivía Emma junto con Harry y su bebé. El sol entraba por las ventanas y bañaba de luz dorada el interior, llenando la estancia de una calma que contrastaba con el torbellino de emociones que la mujer mayor traía en el pecho.
Golpeó suavemente la puerta, y fue la propia Violeta quien apareció con el cabello suelto y los ojos cansados, aunque su expresión se suavizó al ver quién era. En sus brazos llevaba al pequeño Will, que dormitaba plácidamente, y a su lado, sobre el sofá, Atenea, su gata, se acurrucaba con elegancia, observando a ambas con los ojos entornados.
—Evelyn… —susurró Violeta, con una mezcla de sorpresa y melancolía.
La anciana sonrió con ternura, aunque en sus ojos había un brillo triste.
—Ten&iacut







