Capítulo 23 – El Peso de la Verdad.
Narrador.
Gabriela aceleró por la avenida, el rugido del motor un eco de la furia que le quemaba las venas. El SUV negro que la había seguido desde el hospital ya no estaba en su retrovisor, pero su presencia seguía allí, un peso invisible que le apretaba el pecho. La ciudad era un borrón de luces y sombras, el olor a jazmín y asfalto húmedo colándose por la ventanilla abierta. Sus manos, aún temblando en el volante, eran un recordatorio de lo cerca que había estado del peligro. Pero no era miedo lo que sentía. Era rabia, pura y afilada, cortando a través del cansancio que amenazaba con derrumbarla. Fernando estaba jugando sucio, y ella no iba a dejarlo ganar. No esta vez.
El teléfono vibró en el asiento del copiloto, sacándola de sus pensamientos. Era Adrián, su voz quebrada por el alivio, pero cargada de urgencia. “Sofía está saliendo del hospital. ¿Puedes venir?” Gabriela no lo pensó dos veces. Giró el volante hacia el hospital, dejando atrás la adrenalina de la persecución. La gue