Kalen despertó en medio de un suspiro, se siente extraño, recuerda que se durmió entre los brazos de esa insolente mujer que hizo suya hasta casi el amanecer y ahora ella no está a su lado. Confundido, se levantó de la cama y al ver las sabanas manchadas de sus fluidos sonrió.
―Crazy girl, ¿Dónde estás? ―Fue al baño, pero ella no estaba ahí. ―¿Crazy girl? ―Frunció el ceño recorriendo la enorme habitación, no había señales de ella ni de su ropa. ―¿Qué coñø? ―Miró la hora y maldijø, son pasadas las ocho horas, se supone que él debía estar con su rey y no en la habitación. ―Carajøs. ―Masculló metiéndose al baño, no debió hacerle tanto el amor a su chica, pero probarla de nuevo fue todo para que fuera una adicción, aunque no le perdonará que no despertara ahí a su lado. Él estaba seguro de que ella no podría salir de la cama por el dolor.
Aiden alzó la mirada al escuchar la puerta de su despacho abrirse, ver a su mariposita con los ánimos decaídos, le sabe mal. Ana solo le dejó una cart