Kalen alzó las cejas y miró a su alrededor, literalmente son los únicos fuera de la cama, ¿Por qué no puede hablar ella de una vez por todas? Tras resoplar negó y eso para Ana fue una sorpresa.
―No quiero discutir contigo o más bien, no quiero que me estés tratando como tú saco de boxeo. ―Dando un paso a su derecha amenazó con marcharse, pero Ana lo tomó del brazo.
―¿Eres tonto? ―Protestó enojada. ―He dicho que quiero hablar contigo, ¿Por qué te comportas como un patán cuando no debes? Realmente me caes mal, eres un insoportable y… ―Aquel beso más que callarla la dejó completamente en blanco.
―¿Puedes dejar de tocarme los cojones? ―La reprendió. ―Pensé que me seguirías, está claro que no quieres hablar aquí. ―Tomándola ahora él de la mano, la llevó aprovechando su desconcierto.
No había sido el primer beso que se daban, todavía recuerda muy bien lo que pasó en las Vegas, pero ahora estando sobrio ese jødido beso fue todo lo que él esperó, ver como esa fiera se quedó de piedra le e