Tarde, así estaban por tomarse más tiempo del que tenían para celebrar. La despedida fue una total locura, la diversión fue tanta que decidieron quedarse un poco más y ahora estaban contra el tiempo.
―Debimos venirnos antes. ―Gruñó Ana bastante estresada. ―Todavía estamos bastante retrasadas, ¿Cómo es que terminaremos en tres horas? ―Osi le tendió un té.
―Tenemos equipo para absolutamente todo, deja el estrés, ¿Puedes? ―Ana resopló, es su boda, ¿Cómo le pide calma? ―Todo saldrá perfecto, el novio y sus caballeros estarán con resaca, pero es todo. ―Bromeó.
―No solo ellos. ―Se quejaron Chris, Laura y Maria. ―No debimos ponernos a la altura de esos hombres. ―Continuó Chris con sus quejas. ―Siento que me voy a morir, ¿Cómo pueden beber tanto y seguir de pie como si nada?
―Yo se los advertí. ―Gruñó Ana. ―Ahora miren como están. ―Miró sus brazos, ellos están canalizados para ayudarlos a reponerse mejor. ―Si no hubiera sido por la doctora seguramente mi boda sería vómitos y quejas. ―Rodó los