Vientre enorme, niños inquietos, esposo celoso y posesivo, Ana lo tenía todo en contra, pero nada la detendría a participar en su propia fiesta de despedida de soltera, ella saldría y arrasaría con el mundo mismo si era preciso.
―No, suéltame. ―Luchó para que se quitara de encima. ―No me harás el amor, sé lo que quieres lograr y no lo voy a permitir. ―Carcajeó al forcejear un poco más. ―¿Sabe el duque que esto es violación?
―¡No vuelvas a decir eso! ―Gruñó molesto reaccionando tal cual Ana lo quería, pero verle esa sonrisa en la cara lo puso sobre aviso, así que no la soltó como tenía pensado hacerlo. ―Abre esas piernas y déjame hundirme en mi cøño. ―Exigió enloquecido, si bien se la quiere føllar hasta dejarla agotada y durmiendo hasta muy tarde, muere por poseerla, está jødidamente excitado. ―No seas esa bruja de la discordia y déjame føllarte.
―Kalen cariño. ―Ana apretó las piernas, pero su marido fue más fuerte que ella y se las abrió así logrando quedar como deseaba. ―No, cariño,