―Bien, me doy por vencido. ―Dejó estar la situación. ―¿Cuándo viajamos?
―Mañana, hoy podemos despedir a Osiris.
―Bien. ―Se puso en pie. ―Juguemos con mi hijo, pronto debe ir con su tutora. Está enojado porque su madre lo castigó. No irá al colegio hasta el próximo año escolar.
―Bastante tuvo que hacer para un castigo tan severo.
―Mi mujer solo desea que sea un buen príncipe. ―Se encogió de hombros.
―Amigo, la manzana no cae muy lejos del árbol. ¿Qué espera ella cuando tú eres el padre? ―La mirada molesta de su amigo le causó tanta gracia que carcajeó para jorobarlo más.
Después de pasar tiempo con sus amigas y mami Chuy, Osiris se vio obligada a quedar sola, sus amigas tenían trabajo y por mucho que deseaba ir con ellas no podía, Debía prepararse para el viaje que se daría en unas horas.
―Cielo. ―Susurró al sentir el poderoso cuerpo de su esposo contra su espalda. ―No me hagas esto, te lo suplico. ―Cerró los ojos, las traviesas manos de su marido recorren cada rincón de