―Estás abandonando a tus chicos. ―Izan miró a su madre con ojitos de cachorrito. ―¿Acaso puedes estar sin nosotros? ―Osiris miró a su esposo e hijo aguantando la sonrisa que se le hace más difícil conforme pasan los segundos.
―Ambos saben que esas personas necesitan de mí. ―Suspiró llena de amor por esos dos manipuladores. ―Estaré en el centro de concentración atendiendo a los heridos. No tienen de que preocuparse.
―Pero estarás lejos. ―Protestó Aiden. ―Muy lejos de nosotros. ―No quería que su mujer se fuera, no quería separarse más de ella.
―Amor. ―Se acercó para darle un beso en los labios. ―Solo serán dos semanas, lo prometo. ―Lo miró a los ojos. ―Estaré aquí antes de que sientan mi ausencia.
―No sé papá, pero yo ya la siento. ―Izan se encogió de hombros. ―Vamos, mami, no vayas. ―Osiris le acarició el pelo a su hijo.
―Cuando crezcas lo vas a entender, amor. ―Le besó la frente. ―Tu padre no viene conmigo porque él tiene sus propios asuntos…
―¡Tienen que ver esto! ―Ana ir