Kalen totalmente descolocado quedó con la palabra a medio decir, él dio un paso atrás sin poder comprender las palabras del hombre.
―¿Qué? ―Fue lo único que pudo soltar.
―Hay más posibilidades de que te coma a ti que a ella. ―Sonrió. ―Mi dinamita solo está jugando contigo, guapo. ―Kalen endureció el gesto, no está entendiendo nada.
―¿No eres su marido? ―Christian bastante divertido por todos los gestos que hace en cuestión de segundos, negó. ―Pero… ―Lo miró a los ojos. ―Se besan en los labios. ―Recordó ese detalle, él los vio una vez, está seguro.
―Lo hacemos por ti. ―Kalen descompuso el gesto y Christian no pudo evitar reír en voz alta, su cara es todo un poema.
―¿De qué mierdäs estás hablando? ―Chris trató de calmarse y cuando lo consiguió, soltó el aire por la boca.
―Sí, fue una promesa. ―Se encogió de hombres. ―Quizás ahora sea algo realmente tonto, pero en el momento que hicimos el pacto fue la mejor solución. ―Se puso serio. ―El día que conocí a Ana ella estaba a punto de a