El momento de intimidad fallido fue reemplazado por la urgencia. La verdad estaba fuera. De manera que Eleanor respiró profundo, le dio una orden clara a su mente « ¡Contrólate tonta!, él es tu contrato, no te quiere. El amor que nos unió en el pasado, no nos une ahora ».
— Bien. Ya que admitimos que estamos en esto juntos, actuemos. — Eleanor recuperó la compostura. — El mito no es el problema. El problema es que Caldwell nos está acorralando. Y la única forma de que tú me salves es confiando en mí.
Tariq se giró, su semblante de Halcón Dorado había regresado, pero había una fisura de respeto en sus ojos.
— ¿Confiar en qué?
— En que hay un traidor más cercano a ti de lo que crees. El que me envió la pista anónima. Me dijo que buscara un pergamino en tu biblioteca. Uno que tú no pudiste quemar.
La revelación de que alguien más estaba jugando con el pasado sorprendió a Tariq.
— El pergamino... — murmuró. Su padre había intentado quemar todos los códices. — En algún momento, después de