Cuarenta y ocho horas después, la sede de Al-Farsi era un hormiguero de periodistas, el anuncio no era solo de sucesión, sino de revolución.
Tariq y Eleanor subieron al estrado, hombro con hombro, parecían dos fuerzas opuestas que por fin habían hallado su punto de equilibrio, él, el Halcón afilado, ella, la Rosa inquebrantable.
Tariq tomó la palabra primero, su voz resonó con una autoridad que nunca había tenido, y se centró en el negocio.
— La era de la opacidad ha terminado, Al-Farsi Petroleum implementará la política de cero tolerancia a la corrupción. Nuestra visión no será solo la simple ganancia, será la sostenibilidad y la transparencia total. Nuestros registros serán públicos y auditados, quien no comparta este código de ética será expulsado, sin importar su apellido.
El mensaje fue claro y cortante como una guillotina corporativa, Tariq había aprendido de sus enemigos que la única manera de matar la sombra era con la luz del escrutinio, mientras el daba su discurso, los repo