Eso era la guerra total y sin cuartel. Eso implicaba la intervención de todos los servicios de inteligencia y la anulación de todos los derechos civiles de los fugitivos.
Verónica tragó grueso, quería hundir a Dario pero por una buena causa, obligarlo a venir a ella para que lo salvara, y luego, en agradecimiento y deuda con ella, quedarse con él y con su dinero.
No quería que lo mataran tan pronto asomara la nariz en la primera esquina y que fuera acusado de te*rro*rismo, ¡esto era demasiado!
— Jefe... eso es...
— ¡Necesario, Subagente! ¿No es genial? Si se le acusa de desestabilizar a la nación, nadie escuchará sus tonterías sobre mi corrupción. Los medios lo devorarán y el foco estará en la seguridad nacional, y de esta manera, activamos los recursos que el SIS y los Carabinieri no usarían por un simple robo.
¡Carajo! Eso era lo que quería, ¡Pero claro! ¿Cómo no pudo verlo venir? Ese era el plan desde el principio, tener la excusa para movilizar tropas y armas a su antojo, y con es